697 Oh Jesús, Tu sabes que
amo el sufrimiento y deseo vaciar el cáliz de los sufrimientos hasta la ultima
gota y, sin embargo, mi naturaleza notó un ligero escalofrió y cierto temor,
pero en seguida mi confianza en la infinita misericordia de Dios se despertó
con toda su potencia y todo tuvo que ceder delante de ella como la sombra
delante de un rayo de sol. Oh Jesús, qué
grande es Tu bondad; la infinita bondad Tuya que conozco bien me permite mirar
con entereza a los ojos de la muerte misma.
Sé que nada puede sucederme sin su permiso. Deseo glorificar Tu misericordia infinita en
la vida, en la hora de la muerte y en la resurrección y en la eternidad.
(137) + Oh Jesús mío,
mi fuerza, mi paz y mi descanso, en los rayos de Tu misericordia se sumerge mi
alma todos los días, no conozco ni un momento de mi vida en que no haya
experimentado Tu misericordia, oh Dios.
En toda mi vida no cuento con nada, sino con Tu misericordia infinita,
oh Señor que es la guía de mi vida. Mi
alma está llena de la misericordia de Dios.
698+ Oh, cuánto hiere a
Jesús la ingratitud de un alma elegida.
Su amor inefable padece un martirio.
Dios nos ama con todo su Ser infinito, cual Él es, y un polvo miserable
desprecia este amor. Mi corazón estalla
de dolor cuando veo tal ingratitud.
699 Una vez, oí estas
palabras: Hija Mía, habla al mundo entero de la inconcebible (138) misericordia
Mía. Deseo que la Fiesta de la
Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para
los pobres pecadores. Ese día están
abiertas las entrañas de Mi misericordia.
Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al
manantial de Mi misericordia. El alma
que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las
culpas y de las penas. En ese día están
abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales fluyen las
gracias. Que ningún alma tema acercarse
a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata.
Mi misericordia es tan grande que en toda la eternidad no la penetrará
ningún intelecto humano ni angélico.
Todo lo que existe ha salido de las entrañas de Mi misericordia. Cada alma respecto a mi, por toda la
eternidad meditará Mi amor y Mi misericordia.
La Fiesta de la Misericordia ha salido de Mis entrañas (139, deseo que
se celebre solemnemente el primer domingo después de Pascua. La humanidad no conocerá paz hasta que no se
dirija a la Fuente de Mi misericordia.
El exégeta del siglo XXI.
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