751 Oh Jesús, mi espíritu
Te añora mucho y deseo mucho unirme a Ti, pero me retienen Tus obras. No está todavía completo el número de almas
que debo llevarte. Deseo las fatigas, los
sufrimientos, que se cumpla en mi todo que has planeado (176) antes de todos
los siglos, oh Creador mío y Señor.
Comprendo solamente Tu palabra, solamente ella me da fuerzas. Tu Espíritu, oh Señor, es el espíritu de la
paz y nada perturba mi interior, porque allí moras Tú, oh Señor.
Sé que estoy bajo Tu mirada especial, oh Señor. No analizo con temor Tus designios respecto a
mí; mi tarea es aceptar todo de Tus manos, no tengo miedo de nada aunque la
tempestad está enfurecida y tremendo rayos caen alrededor de mí y entonces me
siento verdaderamente sola, no obstante mi corazón Te siente y mi confianza
aumenta considerablemente y veo todo Tu omnipotencia que me sostiene. Contigo, Jesús, camino por la vida entre arco
iris y tormentas, con un grito de gozo, entonando un himno de Tu misericordia. No interrumpiré este canto de amor hasta que
lo entone el coro angélico. No existe
ninguna fuerza que pueda detenerme en mi carrera hacia Dios. Veo que no siempre, ni siquiera las
Superioras entienden el camino por el Cual Dios me lleva, y eso no me extraña.
752 (177) En una ocasión vi
al Padre Sopocko rezando, reflexionando sobre este caso [254]. Vi como, de repente, se apareció un círculo
de luz encima de su cabeza. Aunque nos
separa alguna distancia, lo veo a menudo, especialmente, cuando trabaja junto
al escritorio, a pesar del cansancio.
Jesús en Vos Confío
753 22 XI [1936]. Hoy, durante la confesión, Jesús me habló por
la boca de cierto sacerdote. Aquel
sacerdote no conocía mi alma y me acusé solamente de los pecados; sin embargo
él me dijo estas palabras: cumple
fielmente todo lo que Jesús exige de ti, a pesar de las dificultades. Has de saber que aunque los hombres se
molestan contigo, Jesús no se cansa y nunca se enfadará contra ti. No hagas caso de ninguna consideración
humana. En el primer momento esta
enseñanza me extrañó; comprendí que el Señor habló a través de él, mientras él
se dio poca cuenta de eso. Oh sagrado
Misterio, qué grandes tesoros contienes.
Oh fe santa, indicadora de mi camino.
El exégeta del siglo XXI.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario