domingo, 3 de mayo de 2015

Diario de Santa Faustina Kowalska, del 240 al 249



240 Tres peticiones en el día de los votos perpetuos, Jesús, yo sé que en el día de hoy no me negaras nada.

Primera petición. Oh Jesús, mi amadísimo Esposo, Te ruego por el triunfo de la Iglesia, sobre todo en Rusia y en España, por la bendición para el Santo Padre Pío XI y todo el clero, por la gracia de conversión para los pecadores empedernidos; Te pido, oh Jesús, una bendición especial y luz para los sacerdotes ante los cuales me confesaré durante toda mi vida.

Segunda petición. Por una bendición para nuestra Congregación, por gran fervor en la Congregación.  Bendice, oh Jesús, a la Madre General y a la Madre Maestra, y a todo el noviciado, y a todas las Superioras, a mis queridísimos padres; concede, oh Jesús, Tu gracia a nuestras alumnas, fortalécelas firmemente con Tu gracia para que las que dejan nuestras casas, no Te ofendan mas con ningún pecado. Oh Jesús, Te ruego por la patria, defiéndela de los ataque de los enemigos.

Tercera petición. Oh Jesús, Te ruego por las almas que mas necesitan la oración.  Te ruego por los agonizantes, sé misericordioso con ellos. Te ruego también, oh Jesús, por la liberación de todas las almas del purgatorio.

Oh, Jesús, Te recomiendo las personas siguientes: mis confesores, las personas recomendadas a mis plegarias, ciertas personas…., el Padre Andrasz, el Padre Czaputa y aquel sacerdote que conocí en Vilna [118], que ha de ser mi confesor, cierta alma… (111) y cierto sacerdote, cierto religioso a quien – Tú lo sabes, Jesús – debo muchísimo, y todas las personas que son recomendadas a mi plegaria.  Oh Jesús, en este día Tú puedes hacer todo para aquellos por los cuales Te ruego.  Para mi Te ruego, Señor, transfórmame completamente en Ti, mantenme siempre en el santo fervor para Tu gloria, dame la gracia y la fuerza del espíritu para cumplir en todo Tu santa voluntad. Te agradezco, oh mi amadísimo Esposo, por la dignidad que me has ofrecido y especialmente por las insignias reales que desde hoy me adornan, y que ni siquiera los Ángeles tienen, que son; la cruz, la espada y la corona de espinas.  Pero sobre todo, oh Jesús mío, Te agradezco por Tu Corazón. Él me basta por todo.

Oh Madre de Dios, Santísima Maria, Madre mía, Tu ahora eres mi Madre de modo más particular y esto porque Tu amado Hijo es mi Esposo, pues los dos somos Tus hijos. Por consideración a Tu Hijo, debes amarme, Oh Maria, Madre mía amadísima, dirige mi vida interior de modo que sea agradable a Tu Hijo.

+ Oh Santo, Omnipotente Dios en este momento de la enorme gracia con la cual me unes a Ti para siempre, yo, pequeña nulidad, me arrojo a Tus pies con el mayor agradecimiento, como una pequeña, desconocida florecita y la fragancia de esta flor de amor subirá todos los días a Tu trono.

En los momentos de la lucha y los sufrimientos, de las tinieblas y las tempestades, de la añoranza y la tristeza, en los momentos de las pruebas difíciles, en los momentos en los cuales no seré comprendida por ninguna criatura y mas bien seré condenada y despreciada por todos, recordaré el día de los votos perpetuos, el día de una inconcebible gracia de Dios.


(112)                                                                                                    1 V 1933

241 JMJ. Propósitos especiales de los ejercicios espirituales. El amor al prójimo primero: ser servicial con las hermanas; segundo: no hablar de los ausentes y defender el buen nombre del prójimo; tercero: alegrarse de los éxitos del prójimo.

242 + Oh Dios, cuanto deseo ser una niña pequeña. Tú eres mi Padre, Tú sabes lo pequeñita y débil que soy, pues Te ruego, tenme cerca de Ti en todos los momentos de mi vida y especialmente en la hora de la muerte. Oh Jesús, yo sé que Tu bondad supera la bondad de la mas tierna de las madres.

243 Agradeceré al Señor Jesús por cada humillación, rogaré especialmente por la persona que me ha dado la oportunidad de humillarme. Me anonadaré a favor de las almas. No reparar en ningún sacrificio, tirándose bajo los pies de las hermanas como una pequeña alfombra, sobre la cual pueden no solo caminar, sino que pueden también limpiarse los pies. Mi lugar esta bajo los pies de las hermanas. Lo procuraré en la práctica de manera inadvertida para los ojos humanos, basta que Dios lo vea.

244 Han empezado ya los días grises, cotidianos. Han pasado los momentos solemnes de los votos perpetuos, pero en el alma ha quedado mucha gracia de Dios. Siento que soy toda de Dios, siento que soy su hija, siento que soy totalmente la propiedad de Dios.  Lo noto incluso física y sensiblemente.  Estoy completamente tranquila por todo, porque sé que el deber del Esposo es pensar en mí. Me he olvidado completamente de mi misma. Mi confianza está puesta sin límites en su misericordiosísimo Corazón. Estoy continuamente unida a Él. Veo como si Jesús no pudiera ser feliz sin mi y yo sin Él. Aunque entiendo bien que siendo Dios es feliz en Si mismo, y para ser feliz no necesita absolutamente ninguna criatura, no obstante su bondad lo fuerza a darse a las criaturas, y esto con una generosidad inconcebible.

245 (113) Oh Jesús mío, ahora procuraré el honor y la gloria de Tu Nombre,  luchando hasta el día en que Tu Mismo me digas: Basta. A cada alma que me ha confiado, oh Jesús, procuraré ayudarla con la oración y el sacrificio, para que Tu gracia pueda obrar en ella. Oh gran Amante de las almas, oh Jesús mío, Te agradezco por esta gran confianza, ya que Te has dignado confiar estas almas a nuestro cuidado. Oh días grises de trabajo, para mi no son tan grises en absoluto, porque cada momento me trae nuevas gracias y la oportunidad de hacer el bien.

246                                                                                                       + 25 IV 1933

Permisos mensuales [119]

        Pasando, entrar en la capilla.
        En los momentos libres de los deberes, rezar.
        Tomar, dar, prestar alguna cosa pequeña.
        Almorzar y merendar.
        A veces no podré participar en el recreo.
        A veces tampoco podré participar en los ejercicios comunes.
       A veces no podré participar en las plegarias de la noche ni de la mañana.
      A veces continuar con mis ocupaciones un momento después de las nueve y otras veces hacer las practicas de piedad después de las nueve.
        Si tengo un momento libre, escribir o anotar algo.
        Hablar por teléfono.
        Salir de casa.
        Cuando estoy en la ciudad, entrar en una iglesia.
        Visitar a las hermanas enfermas.
        Entrar en las celdas de otras hermanas en caso de necesidad.
        A veces beber agua fuera del horario.

Pequeñas mortificaciones

        La coronilla a la Divina Misericordia con los brazos en cruz.
        Los sábados una parte del rosario con los brazos en cruz.
        A veces alguna plegaria postrándome en cruz.
        Los jueves la Hora Santa.
        Los viernes una mortificación mayor por los pecadores moribundos.

247 (114) Oh Jesús, Amigo del Corazón solitario, Tu eres mi puerto, Tu eres mi paz, Tu eres mi única salvación. Tú eres la serenidad en los momentos de lucha y en el mar de dudas. Tú eres el rayo brillante que ilumina el sendero de mi vida. Tú eres todo para el alma solitaria. Tú comprendes al alma, aunque ella permanezca callada. Tú conoces nuestras debilidades y como un buen médico consuelas y curas, ahorrándonos sufrimientos, como un buen experto.

248 Las palabras del obispo [120] que figuran en la ceremonia de los votos perpetuos de las hermanas: “Toma este cirio en tu mano, en señal de iluminación celestial y de amor ardiente.”

Al entregar el anillo: “Te desposo a Jesucristo, Hijo del Padre Altísimo, el Cual te guarde sin mancilla. Recibe este anillo cono signo de eterna alianza que contraes con Cristo, Esposo de las vírgenes. Que éste sea para ti el anillo de la fidelidad, el signo del Espíritu Santo para que te llames esposa de Cristo y si le sirves fielmente, seas coronada por la eternidad.


249 + Jesús, en Ti confío, confío en el mar de Tu misericordia, Tú eres la madre para mi.


















El exégeta del siglo XXI.

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