646 Durante la Santa Misa celebrada por el Padre Andrasz, un momento antes de la elevación, la presencia de Dios penetró mi alma y que fue atraída hacia el altar. Luego vi a la Santísima Virgen con el Niñito Jesús. El Niño Jesús se tenia de la mano de la Virgen; en un momento el Niño Jesús corrió alegremente al centro del altar, y la Santísima Virgen me dijo: Mira, con qué tranquilidad confío a Jesús en sus manos, así también tú debes (123) confiar tu alma y ser como una niña frente a Él. Después de estas palabras mi alma fue llenada de una misteriosa confianza. La Santísima Virgen vestía una túnica blanca, singularmente blanca, transparente, sobre la espalda tenia un manto transparente de color del cielo, es decir como el azul, la cabeza descubierta, el cabello suelto; esplendida e indeciblemente bella. La Santísima Virgen miraba al sacerdote con gran benevolencia, pero un momento después el Padre partió este esplendido Niño y salió sangre verdaderamente viva; el sacerdote se inclinó y tomó en si a Jesús vivo y verdadero. Lo comió, no sé cómo esto sucede. Oh Jesús, Jesús, no alcanzo a seguirte, porque Tú en un momento Te haces inconcebible para mí.
647 La esencia de las virtudes es la voluntad de Dios; quien cumple fielmente la voluntad de Dios, se ejercita en todas las virtudes. En todos los casos y todas las circunstancias de la vida adoro y bendigo la santa voluntad de Dios. La santa voluntad de Dios es el objeto de mi amor. (124) En los mas secretos rincones de mi alma vivo de su voluntad y por fuera obro en la medida en que conozco interiormente que tal es la voluntad de Dios. Los tormentos, los sufrimientos, las persecuciones y todo tipo de contrariedades que vienen de la voluntad de Dios, me son más agradables que los éxitos, los elogios y las alabanzas que vienen de mi voluntad.
648 Oh Jesús mío, buenas noches, la campanilla me llama a dormir. Oh Jesús mío, ves que estoy agonizando por el deseo de la salvación de las almas; buenas noches, Esposo mío, me alegro de estar un día mas cerca de la eternidad, y si mañana me permites despertarme, oh Jesús, iniciaré un nuevo himno a Tu gloria.
649 + 13 de julio. Hoy, durante la meditación entendí que no debo hablar nunca de mis propias vivencias interiores; pero no ocultar nada al director espiritual. Pediré a Dios especialmente la luz para el director (125) de mi alma. Doy más importancia a la palabra del confesor que a todas las iluminaciones interiores que recibo.
650 + Durante los tormentos mas duros fijo mi mirada en Jesús crucificado; no espero ayuda de parte de los hombres, sino que tengo mi confianza en Dios; en su insondable misericordia está toda mi esperanza.
651 + Cuanto más siento que Dios me transforma, tanto mas deseo sumergirme en el silencio. El amor de Dios realiza su obra en lo profundo de mi alma, veo que empieza mi misión, la que me ha encomendado el Señor.
652 + Una vez, cuando rogaba mucho a los santos jesuitas, de repente vi al Ángel custodio que me llevó delante del trono de Dios; pasé (126) entre grandes huestes de santos, reconocí a muchos por sus imágenes; vi a muchos jesuitas que me preguntaron: ¿De qué Congregación es esta alma? Cuando les contesté, preguntaron: ¿Quién es tu director? Contesté que el Padre Andrasz. Cuando quisieron seguir hablando, mi Ángel Custodio hizo la señal de callar y pasé delante del trono mismo de Dios. Vi una claridad grande e inaccesible, vi el lugar destinado para mí en la cercanía de Dios, pero cómo es, no sé, porque lo cubría una nube, pero mi Ángel Custodio me dijo: Aquí está tu trono, por la fidelidad en el cumplimiento de la voluntad de Dios.
653 + La Hora Santa. Jueves. En aquella hora de plegaria Jesús me permitió entrar en el Cenáculo y estuve presente durante lo que sucedió allí. Sin embargo, lo que me conmovió mas profundamente fue el momento [243] antes de la consagración en que Jesús levantó (127) los ojos al cielo y entró en un misterioso coloquio con su Padre. Aquel momento lo conocemos debidamente sólo en la eternidad. Sus ojos eran como dos llamas, el rostro resplandeciente, blanco como la nieve, todo su aspecto majestuoso, su alma llena de nostalgia. En el momento de la consagración descansó el amor saciado, el sacrificio completamente cumplido. Ahora se cumplirá solamente la ceremonia exterior de la muerte, la destrucción exterior, la esencia está en el Cenáculo. En toda mi vida no tuve un conocimiento tan profundo de este misterio como en aquella hora de adoración. Oh, con qué ardor deseo que el mundo entero conozca este misterio insondable.
654 Terminada la Hora Santa, cuando fui a mi celda, conocí repentinamente cuánto Dios era ofendido por una persona cercana a mi corazón. Al verlo, el dolor traspasó mi alma, me arrojé en el polvo delante del Señor e imploré misericordia. Durante dos horas, llorando, rogando y flagelándome me opuse (128) al pecado, y conocí que la Divina Misericordia envolvió a aquella pobre alma. Oh, cuánto cuesta un solo, único pecado.
655 + Septiembre. El primer viernes. Por la noche vi a la Santísima Virgen con el pecho descubierto, traspasado por una espada. Lloraba lágrimas ardientes y nos protegía de un tremendo castigo de Dios. Dios quiere infligirnos un terrible castigo, pero no puede porque la Santísima virgen nos protege. Un miedo tremendo atravesó mi alma, ruego sin cesar por Polonia, por mi querida Polonia que es tan poco agradecida a la Santísima Virgen. Si no hubiera estado la Santísima Virgen, para muy poco habrían servido nuestros esfuerzos. Multipliqué mi empeño en las plegarias y sacrificios por mi querida patria, pero veía que era una gota frente a una oleada del mal. ¿Cómo una gota puede detener una oleada? Oh, si, una gota por si sola es nada, pero Contigo, Jesús, con valor haré frente a toda la oleada del mal e incluso (129) al infierno entero. Tu omnipotencia puede todo.
656 En una ocasión, mientras iba por el pasillo a la cocina, oí en el alma estas palabras: Reza incesantemente esta coronilla que te he ensenado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la ultima tabla de salvación. Hasta el pecador mas empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita. Deseo que el mundo entero conozca Mi misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia.
657 Oh Jesús, Vida y Verdad, Maestro mío, guía cada paso de mi vida para que proceda según Tu santa voluntad.
658 (130) + Una vez, vi la sede del Cordero de Dios y delante del trono a tres santos: Estanislao Kostka, Andrés Bobola y el príncipe Casimiro que intercedían por Polonia. De pronto vi un gran libro que estaba delante del trono y me dieron el libro para que leyera. Aquel libro estaba escrito con sangre; sin embargo, no pude leer nada más que el nombre de Jesús. De repente oí una voz que me dijo: No ha llegado todavía tu hora. Me quitó el libro y oí estas palabras: Tú darás el testimonio de Mi misericordia infinita. En este libro están inscritas las almas que han venerado Mi misericordia. Me penetró una gran alegría viendo la gran bondad de Dios.
659 + Una vez conocí el estado de dos hermanas religiosas que tras una orden de la Superiora murmuraban interiormente y en consecuencia de esto Dios las privó de muchas gracias particulares. (131) El dolor me estrujó el corazón al verlo. Oh Jesús, qué triste es cuando nosotros mismos somos la causa de la perdida de las gracias. Quien lo comprende permanece siempre fiel.
660 + Jueves. Hoy, a pesar de estar muy cansada, decidí hacer la Hora Santa. No pude rezar, tampoco pude estar arrodillada, pero me quedé en oración una hora entera uniéndome en espíritu a aquellas almas que adoran a Dios de manera ya perfecta. Pero al final de la hora, de repente vi a Jesús que me miró profundamente y con una dulzura indecible me dijo: Tu plegaria Me es inmensamente agradable. Después de estas palabras entró en mi alma una fuerza misteriosa y un gozo espiritual. La presencia de Dios impregnó mi alma. Oh, lo que pasa en el alma cuando se encuentra a solas con el Señor, ninguna pluma ha logrado expresar, ni jamás lo expresara….
661 (132) + Oh Jesús, comprendo que Tu misericordia va mas allá de la imaginación y por tanto Te suplico que hagas mi corazón tan grande que pueda contener las necesidades de todas las almas que viven sobre toda la faz de la tierra. Oh Jesús, mi amor se extiende mas allá, hasta las almas que sufren en el purgatorio y quiero expresar mi misericordia hacia ellas mediante las plegarias que tienen las indulgencias. La Divina Misericordia es insondable e inagotable como Dios Mismo es insondable. Aunque usara palabras enérgicas para expresar la Divina Misericordia, todo esto seria nada en comparación con lo que es en realidad. Oh Jesús, haz mi corazón sensible a todos los sufrimientos de mi prójimo, sean del cuerpo o del alma. Oh Jesús mío, sé que Te comportas con nosotros como nosotros nos comportamos con el prójimo.
El exégeta del siglo XXI.
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