1732 Mientras rezaba por Polonia, oí estas palabras: He amado a Polonia de modo especial y si obedece Mi voluntad, la enalteceré en poder y en santidad. De ella saldrá una chispa que preparará el mundo para Mi última venida.
1701 Oh Cristo, tengo mi mayor deleite cuando veo que Tú eres amado, que resuenan Tu honor y gloria y especialmente la alabanza a Tu misericordia. Oh Cristo, hasta el último instante de mi vida no dejaré de glorificar Tu bondad y misericordia. Con cada gota de mi sangre, con cada latido de mi corazón glorifico Tu misericordia. Deseo transformarme por completo en un himno de Tu adoración. Cuando me encuentre en mi lecho de muerte, que el ultimo latido de mi corazón sea un himno amoroso de alabanza a tu insondable misericordia.
1702 (79) + Hoy el Señor me dijo: Antes de la venida del Espíritu Santo harás tres días de ejercicios espirituales. Yo Mismo te guiaré. No te atendrás a ninguna regla vigente en los ejercicios espirituales, ni usarás libros de meditación. Tu tarea consiste en prestar oído a Mis palabras. Como lectura espiritual leerás un capitulo del Evangelio de San Juan.
[En el manuscrito aquí viene media página en blanco].
1703 (80) 26 V (1838). Hoy acompañaba a Jesús mientras ascendía al cielo [416]. Pasado el mediodía, se apoderó de mí una grandísima añoranza de Dios. Una cosa extraña, cuanto más sentía la presencia de Dios, tanto mas ardientemente lo deseaba. Luego me vi entre una gran multitud de discípulos y apóstoles y la Madre de Dios. Jesús dijo que fueran por el mundo entero y enseñaran en Mi [Su] nombre extendió los brazos, los bendijo y desapareció en una nube. Vi la nostalgia de la Santísima Virgen. Su alma añoró a Jesús con toda la fuerza del amor, pero estaba tan tranquila y abandonada a Dios que en su corazón no había ni un solo destello contrario a la voluntad de Dios.
1704 Cuando me quedé a solas con la Santísima Virgen, me instruyó sobre la vida interior. Me dijo: La verdadera grandeza del alma consiste en amar a Dios y humillarse en su presencia, olvidarse por completo a si mismo y tenerse por nada, porque el Señor es grande, pero se complace sólo en los humildes mientras rechaza siempre a los soberbios.
1705 (81) Cuando me visitó nuevamente cierta persona que ya mencioné en otro lugar [y] cuando me di cuenta que empezó a hundirse en mentiras, le hice conocer que sabia que mentía. Se avergonzó muchísimo y calló. Entonces le hablé de los grandes juicios de Dios. Y conocí también que atraía almas inocentes a caminos peligrosos. Le revelé todo lo que tenia oculto en el corazón. Tuve que esforzarme para conversar con ella; para demostrar a Jesús que amaba a los enemigos le di mi merienda. Se alejó con la luz en el alma, pero los hechos [estaban] lejos de ella……
1706 Hay momentos cuando el Señor Jesús cumple mis más pequeños deseos. Hoy dijo que deseaba mirar las espigas de trigo que no se ven desde nuestro sanatorio. Lo había oído uno de los pacientes y al día siguiente salió del sanatorio al campo y me trajo unas bellísimas (82) espigas. Mi habitación aislada está siempre adornada de flores frescas, pero mi espíritu no encuentra satisfacción en nada; añoro a Dios con más fuerza cada vez.
1707 Hoy he pedido ardientemente al Señor Jesús por nuestra casa y que se digne quitar esa pequeña cruz con la cual ha visitado el convento [417]. El Señor me contestó: Tus plegarias han sido aceptadas para otras intenciones y esa pequeña cruz no la puedo quitar hasta que conozcan lo que significa. Yo, sin embargo, no dejé de rezar.
1708 Una fuerte tentación. Cuando el Señor me hizo saber cuánto le es agradable el corazón puro, conocí más profundamente mi propia miseria; y cuando comencé a prepararme a la confesión me asaltaron fuertes tentaciones contra los confesores. Yo no veía a Satanás, pero si lo sentía a él y su tremenda maldad. Si, es un hombre como los demás. No es como los demás, porque tiene el poder de Dios. Si, (83) acusarse de los pecados no es difícil, pero descubrir los más escondidos secretos del corazón, rendir cuenta de la actuación de la gracia de Dios, hablar de cada deseo de Dios, de todo lo que pasa entre yo y Dios decir esto a un hombre, eso está por encima de las fuerzas. Y sentía que luchaba contra fuerzas poderosas y exclamé: Oh Cristo, Tú y el sacerdote son uno, me acercaré a la confesión como a Ti y no a un hombre. Al acercarme a la rejilla, descubrí primero mis dificultades. El sacerdote dijo que no había podido hacer mejor que revelar en primer lugar esas fuertes tentaciones. Y después de la confesión se dispersaron todas quién sabe dónde; mi alma disfruta de la paz.
1709 Una vez, durante el recreo una de las Hermanas Directoras dijo que las Hermanas Conversas [418] no tenían sentimientos y por lo tanto se las podía tratar con dureza. Me entristecí de que las Hermanas Directoras conocían tan poco las Hermanas Conversas y juzgaban sólo según las apariencias.
1710 (84) Hoy hablé con el Señor que me dijo: Hay almas en las cuales no puedo hacer nada; son las almas que investigan continuamente a los demás sin ver lo que pasa en su propio interior. No dejan de hablar de los demás hasta durante el silencio riguroso que está dedicado para hablar Conmigo. Pobres almas, no oyen Mis palabras, quedan vacías en su interior, no Me buscan dentro de sus corazones sino en las habladurías donde Yo nunca estoy. Sienten su vacío, pero no reconocen su culpa y las almas en las cuales Yo reino con plenitud son su continuo remordimiento de conciencia. En vez de enmendar tienen los corazones donde crece la envidia y si no se arrepienten, se hunden más. El corazón, hasta ahora envidioso, empieza a cultivar el odio. Y ya están cerca del abismo, envidian a otras almas Mis dones, pero ellas mismas no saben y no quieren aceptarlos.
1718 (85) Permanecer a Tus pies, oh Dios oculto,
Es el deleite y el paraíso de mi alma.
Allí Te revelas a mi, oh Infinito,
Y me dices dulcemente: dame el corazón, dámelo.
Una silenciosa conversación Contigo, a solas,
Es como vivir momentos celestiales,
Y decir a Dios: Te daré mi corazón, Señor, Te lo daré,
Y Tu, grande e infinito, lo aceptas amablemente.
El amor y la dulzura, he aquí la vida de mi alma
Con Tu continua presencia en ella.
Vivo en la tierra en un éxtasis perenne
Y como un Serafín repito Hosanna.
Oh, Oculto, con el cuerpo, el alma y la divinidad,
Bajo las tenues apariencias del pan,
Tú eres mi vida,
De Ti las gracias brotan para mí en abundancia,
Tú eres para mí por encima de las delicias del cielo.
Cuando Te unes a mi en la Comunión, oh Dios,
Entonces siento mi grandeza inconcebible,
(86) Que me viene de Ti, oh Señor,
Lo reconozco humildemente,
Y, a pesar de mi miseria, con Tu ayuda puedo volverme santa.
1719 + Durante la Santa misa conocí que cierto sacerdote no obraba mucho en las almas, porque pensaba en si mismo, por lo tanto estaba solo, la gracia de Dios huía de él. Se basaba sobre bagatelas, cosas exteriores que a los ojos de Dios no tienen ninguna importancia; y tan soberbio que sacaba del vacío y vertía en el vacío, fatigándose inútilmente.
1720 Hay momentos en que Jesús me da un entendimiento interior, y entonces todo lo que existe en la tierra está a mi servicio: los amigos y los enemigos, el éxito y las adversidades; todo, quiera o no quiera, tiene que servirme. No pienso nada en esto, trato de ser fiel a Dios y amarlo hasta olvidarme completamente de mi misma. Él Mismo me cuida y lucha contra mis enemigos.
1721 (87) Después de la Santa Comunión, al introducir a Jesús a mi corazón, le dije: Amor mío, reina en los mas secretos rincones de mi corazón, allí donde se engendran mis pensamientos mas secretos, donde sólo Tu, Señor, tienes acceso; en este mas profundo santuario donde el pensamiento humano no es capaz de llegar. Permanece allí sólo Tú y que de Ti provenga todo lo que haga por fuera. Deseo ardientemente y hago todo lo posible con todas las fuerzas de mi alma para que en este santuario Te sientas, oh Señor, como en Tu casa.
1722 Oí estas palabras: Si no Me ataras las manos, enviaría muchos castigos sobre la tierra. Hija Mía, tu mirada desarma Mi ira; aunque tu boca calle, Me llamas con tal fuerza que todo el cielo se estremece. No puedo regir tu súplica, porque no Me persigues a mucha distancia sino en tu propio corazón.
1723 (88) Una noche vino a verme el alma de cierta jovencita y me hizo sentir su presencia dándome a conocer que necesitaba mi oración. Recé un momento, pero su espíritu no se alejó de mí. Entonces dije dentro de mí: si eres un espíritu bueno, déjame en paz y las indulgencias de mañana serán para ti. En aquel momento, ese espíritu abandonó mi habitación; conocí que estaba en el purgatorio.
1724 Hoy, mas que nunca sentí la Pasión del Señor en mi cuerpo. Sentí que fue por un pecador agonizante.
1725 Hoy, el Señor volvió a instruirme cómo debo acercarme al sacramento de la penitencia: Hija Mía, como te preparas en Mi presencia, así te confiesas ante Mí; el sacerdote es para Mí sólo una pantalla. No analices nunca de qué clase de sacerdote (89) Me estoy valiendo y abre el alma al confesarte como lo harías Conmigo, y Yo llenaré tu alma con Mi luz.
1726 Cristo y Señor, me conduces sobre tales precipicios que cuando los miro, me infunden miedo, pero en el mismo instante me lleno de paz, abrazándome a Tu Corazón. Junto a Tu Corazón no tengo miedo de nada. En los momentos de peligro me comporto como una niña que está en los brazos de la madre: al ver alguna amenaza, abraza con más fuerza el cuello de la madre y se siente segura.
1727 + A veces veo las redes tendidas contra mí por las almas que no deberían hacerlo. No me defiendo, sino confío mas en Dios que ve mi interior y me doy cuenta de que esas almas se enredan ellas mismas. Oh Dios, qué justo y bueno eres.
1728 (90) Escribe: Soy santo, tres veces santo y siento aversión por el menor pecado. No puedo amar al alma manchada por un pecado, pero cuando se arrepiente, entonces Mi generosidad para ella no conoce límites. Mi misericordia la abraza y justifica. Persigo a los pecadores con Mi misericordia en todos sus caminos y Mi Corazón se alegra cuando ellos vuelven a Mí. Olvido las amarguras que dieron a beber a Mi Corazón y Me alegro de su retorno. Di a los pecadores que ninguna escapará de Mis manos. Si huyen de Mi Corazón misericordioso, caerán en Mis manos justas. Di a los pecadores que siempre los espero, escucho atentamente el latir de sus corazones [para saber] cuándo latirán para Mí. Escribe que les hablo a través de los remordimientos de conciencia, a través de los fracasos y los sufrimientos, a través de las tormentas y los rayos, hablo con la voz de la Iglesia y si frustran todas Mis gracias, Me molesto con ellos dejándoles a si mismos y les doy lo que desean.
1729 Oh Jesús mío, únicamente Tú conoces mis esfuerzos; parece que estoy mejor, pero mejor sólo para poder ir a la terraza y no estar en la cama. Veo y me doy cuenta claramente de lo que pasa conmigo; a pesar del cuidado de las Superioras y los esfuerzos de los médicos mi salud está agotándose y huyendo, pero me alegro enormemente de Tu llamada, oh Dios mío, Amor mío, porque sé que en el momento de la muerte empezará mi misión. Oh, cuánto deseo ser librada de este cuerpo. Oh Jesús mío, Tu sabes que en todos mis deseos quiero ver siempre Tu voluntad. De por mi no quisiera morir ni un minuto antes ni tampoco vivir un minuto mas, ni que disminuyan (92) los sufrimientos ni que aumenten, sino que deseo únicamente lo que sea conforme a Tu santa voluntad.
Aunque mi entusiasmo es grande, y mis grandes deseos arden en el corazón, pero nunca es por encima de Tu voluntad.
1730 Acudo a Tu misericordia, Dios compasivo, ya que sólo Tú eres bondad. Aunque mi miseria es grande y mis ofensas muchas, confío en Tu misericordia y desde tiempo inmemorial nunca se ha oído, ni el cielo ni la tierra recuerdan que un alma confiada en Tu misericordia haya quedado decepcionada. Oh Dios de piedad, sólo Tu puedes justificarme y jamás me rechazaras, cuando yo, arrepentida, me acerque a Tu Corazón misericordioso, del cual nadie ha sido rechazado jamás, aunque haya sido el pecador mas grande.
1731 (93) Hoy me despertó una gran tormenta, el viento estaba enfurecido y llovía como si hubiera un huracán, a cada rato caían rayos. Me puse a rogar que la tempestad no causara ningún daño; de repente oí estas palabras: Reza la coronilla que te he enseñado y la tempestad cesará. En seguida he comenzado a rezar la coronilla y ni siquiera la he terminado cuando el temporal ha cesado y oí estas palabras: A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con Mi voluntad.
1732 Mientras rezaba por Polonia, oí estas palabras: He amado a Polonia de modo especial y si obedece Mi voluntad, la enalteceré en poder y en santidad. De ella saldrá una chispa que preparará el mundo para Mi última venida.
1733 (94) + Te saludo, amor oculto, vida de mi alma. Te saludo, Jesús, bajo las tenues apariencias del pan. Te saludo, mi dulcísima misericordia que Te derramas sobre todas las almas. Te saludo, bondad infinita que derramas torrentes de gracias a Tu alrededor. Te saludo, resplandor oscurecido, luz de las almas. Te saludo, fuente de la misericordia inagotable, manantial purísimo del cual brotan para nosotros la vida y la santidad. Te saludo, deleite de los corazones puros. Te saludo, única esperanza de las almas pecadoras.
1734 Oh Jesús mío, Tu sabes que hay momentos en los cuales no tengo ni pensamientos elevados, ni ardor de espíritu. Me soporto pacientemente y reconozco que ésta soy precisamente yo, ya que todo lo que es bello en mi es gracia de Dios. En aquellos momentos me humillo profundamente e invoco Tu ayuda y la gracia de Tu presencia no tarde en llegar a un corazón humilde.
1735 (95) Oh virgen, flor preciosa,
Ya no permanecerás mucho tiempo en este mundo,
Oh, qué bello es tu encanto,
Oh Mi casta esposa.
Ninguna cifra puede indicar
Lo preciosa que es tu flor virginal.
Y tu resplandor no ofuscado por nada
Es valiente, fuerte, invencible.
El resplandor mismo del sol de mediodía
Se apaga y oscurece frente a un corazón virginal.
No veo nada más grande que la virginidad,
Es una flor sacada del Corazón de Dios.
Oh virgen mansa, rosa perfumada,
Aunque son muchas las cruces en la tierra,
Pero ojo no vio ni pasó por la mente humana,
Lo que espera a una virgen en el cielo.
Oh virgen, azucena blanca como la nieve,
Tú vives entera sólo por Jesús,
(96) Y en el puro cáliz de tu corazón
Hay una agradable morada para Dios Mismo.
Oh virgen, nadie logra cantar tu himno,
En tu canción está escondido el amor de Dios,
Los mismos ángeles no comprenden
Lo que las vírgenes cantan a Dios.
Oh virgen, tú flor de paraíso
Ensombrece todos los esplendores de este mundo,
Y aunque el mundo no logra comprenderte,
No obstante, inclina humildemente ante Ti la frente.
Aunque el camino de la virgen está sembrado de espinas,
Y su vida erizada de varias cruces,
Pero ¿quién es tan valiente como ella?
Nada la quebrantará, es invencible.
Oh virgen, ángel en la tierra,
Tu grandeza es famosa en toda la Iglesia,
Tú haces guardia delante del tabernáculo
Y como un serafín te transformas toda en amor.
1736 (97) Una vez, en la terraza, supe que cierta persona era atormentada por graves tentaciones respecto a la confesión, dudando de su carácter secreto. Aunque conocía el estado de aquella alma, no inicié la conversación. Cuando nos quedamos a solas, ella abrió su corazón y me contó todo. Tras unos momentos de conversación me dijo: Ya estoy tranquila, mucha luz ha sido concedida a mi alma.
1737 Hoy Jesús me previno que hablara poco con cierta religiosa. Una gracia particular de Dios me sostuvo durante esa conversación, que en caso contrario no habría sido para la gloria de Dios.
1738 El Señor me dijo: Entra a menudo en el purgatorio, ya que allí te necesitan. Entiendo, oh Jesús, el significado de estas palabras que me diriges, pero permíteme primero entrar en el tesoro (98) de Tu misericordia.
1739 Escribe, hija Mía, que para un alma arrepentida soy la misericordia misma. La más grande miseria de un alma no enciende Mi ira, sino que Mi Corazón siente una gran misericordia por ella.
El exégeta del siglo XXI.