domingo, 31 de mayo de 2015

31 de Mayo, se conmemora La Visitación de María Virgen a Santa Isabel y la Fiesta de la Santísima Trinidad

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El exégeta del siglo XXI.

Diario de Santa Faustina Kowalska, 646 a 651



646 (110) + 11 de mayo de 1936. Llegué a Cracovia y me puse contenta esperando que pudiera cumplir, por fin, todo lo que exigía Jesús.

Una vez, al ver al Padre A. [236] y después de decirle todo, recibí esta respuesta: Rece, hermana, hasta la fiesta del Sagrado Corazón y agregue alguna mortificación, y el día de la fiesta del Sagrado Corazón le daré la respuesta. Pero un día oí en el alma esta voz: No tengas miedo de nada, Yo estoy contigo.  Después de estas palabras sentí en el alma un apremio tan grande que sin esperar la fiesta del Sagrado Corazón, declaré en la confesión que abandonaba la Congregación ya.  [237] El Padre me contestó: Si usted misma, hermana, ha tomado esta decisión, tomará también la responsabilidad por si misma. Pues vaya. Me alegré de que ya saliera.

A la mañana siguiente, de pronto me abandonó (111) la presencia de Dios, una gran oscuridad envolvió mi alma, no lograba rezar. Debido a este inesperado abandono de parte de Dios, decidí aplazar esta cuestión un poco, hasta consultar con el Padre.

El Padre Andrasz me contestó que los cambios de este tipo suceden frecuentemente y no es un impedimento para obrar.

647 La Madre General [238]. Cuando hablaba con la Madre sobre todo lo que había sucedido, me dijo estas palabras: Hermana, yo la guardo en el tabernáculo con Jesús, a dondequiera vaya de allí, será la voluntad de Dios.

648 19 de junio. Cuando fuimos a los jesuitas para la procesión del Sagrado Corazón, durante las vísperas, vi los mismos rayos que están pintados en la imagen, saliendo de la Santísima Hostia. Mi alma fue invadida por un gran anhelo de Dios.

649 (112) Junio de 1936. El coloquio con el Padre Andrasz.

Ha de saber que estas cosas son difíciles y duras; su director principal lo es el Espíritu Santo, nosotros podemos solamente encaminar estas inspiraciones, pero su verdadero director lo es el Espíritu Santo. Si usted hermana, ha decidido salir por su iniciativa, yo ni le prohíbo ni le ordeno, en esto usted toma la responsabilidad por si misma. Esto lo digo para usted, hermana, que puede comenzar a obrar; está en condiciones, entonces puede. Estas son las cosas creíbles, todo lo que me ha dicho ahora y anteriormente [239], es a favor, pero en todo esto debe ser muy prudente y rezar mucho y pedir luz para mí.

Jesús en Vos Confío

650 Durante la Misa celebrada por el Padre Andrasz, vi al pequeño Niño Jesús que me dijo que debía depender de él en todo: Ninguna acción hecha de propio arbitrio, aunque (113) te cueste mucho esfuerzo, no Me agrada.  Comprendí esta dependencia.


651 Oh Jesús mío, el día del juicio final Tú pedirás cuenta de esta obra de la misericordia; oh Juez justo, pero también Esposo mío, ayúdame a cumplir Tu santa voluntad. Oh misericordia, virtud divina.


















El exégeta del siglo XXI.

viernes, 29 de mayo de 2015

Santa Virgen María del Rosario de San Nicolás


Santa Virgen María del Rosario de San Nicolás



Mateo 10:26-28Traducción en lenguaje actual (TLA)

Consejos

26 »No le tengan miedo a nadie. Porque todo lo que esté escondido se descubrirá, y todo lo que se mantenga en secreto llegará a conocerse. 27 Si les digo algo en la oscuridad, díganlo ustedes a plena luz del día. Si les cuento un secreto, cuéntenselo a todo el mundo. 28 No tengan miedo de la gente que puede destruir el cuerpo, pero no la vida que está en ustedes. Más bien, teman a Dios, que tiene el poder de destruirlos totalmente en el infierno.

Mateo 10:32-33Nueva Versión Internacional (NVI)

32 »A cualquiera que me reconozca delante de los demás, yo también lo reconoceré delante de mi Padre que está en el cielo. 33 Pero a cualquiera que me desconozca delante de los demás, yo también lo desconoceré delante de mi Padre que está en el cielo.

Marcos 7:14-16Reina-Valera 1995 (RVR1995)

14 Llamando a sí a toda la multitud, les dijo:
—Oídme todos y entended: 15 Nada hay fuera del hombre que entre en él, que lo pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre. 16 Si alguno tiene oídos para oír, oiga.



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jueves, 28 de mayo de 2015

Diario de Santa Faustina Kowalska, nº 478.



478  Oh Jesús mío, Tu sabes, solamente Tú sabes bien que mi corazón no conoce otro amor fuera de Ti.  Todo mi amor virginal es anegado en ti, oh Jesús, por la eternidad. Siento bien que Tu Sangre divina circula en mi corazón; no hay duda alguna que con Tu preciosísima Sangre ha entrado en mi corazón Tu purísimo Amor. Siento que moras en mí con el Padre y el Espíritu Santo o más bien siento que yo vivo en Ti, oh Dios inimaginable. Siento que me disuelvo en Ti como una gota en el océano. 


Siento que estas fuera de mí y en mis entrañas, siento que estas en todo lo que me rodea, en todo lo que me sucede. Oh Dios mío, Te he conocido dentro de mi corazón y Te he amado por encima de cualquier cosa que exista en la tierra o en el cielo. Nuestros corazones se entienden mutuamente, pero ningún hombre lo comprenderá.

























El exégeta del siglo XXI.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Diario de Santa Faustina Kowalska, de 1076 a 1091.


Santa Faustina Kowalska

1076 + Cuando decidí un día, ejercitarme en cierta virtud, caí en el defecto contrario a esa virtud diez veces mas que en otros días. Por la noche, mientras reflexionaba sobre ¿por qué hoy caía de manera tan excepcional?, oí estas palabras: Has contado demasiado contigo misma y muy poco Conmigo.  Comprendí la causa de mis caídas.

1077 (23) Curación repentina.
           
Después de que escribí una carta al Padre Sopocko, el domingo once de abril, de repente mi salud empeoró hasta tal punto que no envié la carta, sino que esperaba una evidente voluntad de Dios. Sin embargo mi salud empeoró tanto que tuve que guardar cama. La tos me atormentaba tan terriblemente que me parecía que si se repitiera todavía un par de veces, seguramente seria el final.

1089 El catorce de abril me sentía tan mal que me levanté con esfuerzo para ir a la Santa Misa. Me sentía mas enferma que cuando me habían enviado a la curación. Tenia un fuerte estertor y una respiración ronca en los pulmones y unos dolores extraños. Al recibir la Santa Comunión, yo misma no sabia por qué, o mejor dicho, qué cosa me empujaba a esta oración y comencé a rezar de este modo: Jesús, que Tu Sangre pura y sana circule en mi organismo enfermo, y que Tu Cuerpo puro y sano transforme mi cuerpo enfermo, y que una vida sana y fuerte palpite en mi, si es Tu santa voluntad que yo me ponga a esta obra, y esto será para mi la señal evidente de Tu santa voluntad.

Jesús en Vos Confío


Mientras así rezaba, súbitamente sentí como una sacudida en todo el organismo y de repente me sentí completamente sana. Tenia la respiración limpia como si nunca hubiera estado enferma de los pulmones ni sentía dolores y para mi era la señal de que debía ponerme a la obra.

1090 Y eso sucedió el ultimo día de la novena que hacia al Espíritu Santo. Después de esta curación, repentinamente fui unida al Señor Jesús de modo puramente espiritual. Jesús me dió una fuerte convicción, o sea me afirmó respecto a sus demandas. En tal cercanía con el Señor Jesús permanecí el día entero y hablé de los detalles referentes a la Congregación.

(24) Jesús volcó en mi alma fortaleza y entusiasmo para actuar. Ahora comprendo que si el Señor exige algo del alma, le da la posibilidad de realizarlo y a través de la gracia la hace capaz de cumplir lo que exige de ella. Y por lo tanto aunque fuera el alma mas mísera, al mandato del Señor puede emprender cosas que superan su entendimiento; la señal por la cual se puede reconocer que el Señor está con esa alma es ésta; cuando en el alma aparece la fuerza y el poder de Dios que la hace valiente y fuerte. En cuanto a mi, en un primer momento siempre me asusto un poco de la grandeza del Señor, pero luego en mi alma entra una paz profunda e imperturbable, una fuerza interior para [hacer] lo que en un momento dado el Señor exige…….

1091 Entonces oí estas palabras: Ve, dile a la Superiora que estás sana.

Cuánto tiempo estaré sana, no lo sé ni lo pregunto; sé solamente que actualmente gozo de buena salud; el futuro no me pertenece.  Pedí la salud como un testimonio de la voluntad de Dios y no para buscar alivio en el sufrimiento.


















El exégeta del siglo XXI.

domingo, 24 de mayo de 2015

Diario de Santa Fasutina Kowalska, 751 a 753.



751      Oh Jesús, mi espíritu Te añora mucho y deseo mucho unirme a Ti, pero me retienen Tus obras.  No está todavía completo el número de almas que debo llevarte.  Deseo las fatigas, los sufrimientos, que se cumpla en mi todo que has planeado (176) antes de todos los siglos, oh Creador mío y Señor.  Comprendo solamente Tu palabra, solamente ella me da fuerzas.  Tu Espíritu, oh Señor, es el espíritu de la paz y nada perturba mi interior, porque allí moras Tú, oh Señor.

Sé que estoy bajo Tu mirada especial, oh Señor.  No analizo con temor Tus designios respecto a mí; mi tarea es aceptar todo de Tus manos, no tengo miedo de nada aunque la tempestad está enfurecida y tremendo rayos caen alrededor de mí y entonces me siento verdaderamente sola, no obstante mi corazón Te siente y mi confianza aumenta considerablemente y veo todo Tu omnipotencia que me sostiene.  Contigo, Jesús, camino por la vida entre arco iris y tormentas, con un grito de gozo, entonando un himno de Tu misericordia.  No interrumpiré este canto de amor hasta que lo entone el coro angélico.  No existe ninguna fuerza que pueda detenerme en mi carrera hacia Dios.  Veo que no siempre, ni siquiera las Superioras entienden el camino por el Cual Dios me lleva, y eso no me extraña.

752     (177) En una ocasión vi al Padre Sopocko rezando, reflexionando sobre este caso [254].  Vi como, de repente, se apareció un círculo de luz encima de su cabeza.  Aunque nos separa alguna distancia, lo veo a menudo, especialmente, cuando trabaja junto al escritorio, a pesar del cansancio.

 Jesús en Vos Confío


753     22 XI [1936].  Hoy, durante la confesión, Jesús me habló por la boca de cierto sacerdote.  Aquel sacerdote no conocía mi alma y me acusé solamente de los pecados; sin embargo él me dijo estas palabras:  cumple fielmente todo lo que Jesús exige de ti, a pesar de las dificultades.  Has de saber que aunque los hombres se molestan contigo, Jesús no se cansa y nunca se enfadará contra ti.  No hagas caso de ninguna consideración humana.  En el primer momento esta enseñanza me extrañó; comprendí que el Señor habló a través de él, mientras él se dio poca cuenta de eso.  Oh sagrado Misterio, qué grandes tesoros contienes.  Oh fe santa, indicadora de mi camino.


















El exégeta del siglo XXI.

viernes, 22 de mayo de 2015

Diario de Santa Faustina Kowalska, 29 a 37.



(31) Confesión de una de nuestras alumnas.

29 Desde el momento cuando una fuerza misteriosa empezó a apremiarme a que solicitara aquella Fiesta y a que fuera pintada la imagen, no puedo lograr la paz. Algo me satura por completo y, sin embargo, me invade el temor de si solo es una ilusión. Estas dudas siempre venían de fuera, porque en el fondo de mi alma sentía que era el Señor quien traspasaba mi alma. El confesor con quien me confesaba entonces me decía que existían casos de ilusiones, y yo sentía que aquel confesor parecía tener miedo de confesarme. Era para mí un tormento.  Al haberme dado cuenta de que tenía poco apoyo por parte de los hombres, me refugie aun más en el Señor Jesús, en el mejor Maestro. En algún momento, cuando me invadió la duda de si la voz que oía era del Señor, me dirigí a Jesús en un coloquio interior, sin pronunciar una palabra. De repente alguna fuerza penetro mi alma, dije: Si Tu eres verdaderamente mi Dios que estas en comunión conmigo y me hablas, Te pido, Señor, que esa alumna [64] se confiese hoy mismo y esa señal me fortalecerá. En ese mismo instante aquella muchacha pidió la confesión.

30 La Madre de la clase, sorprendida de su cambio repentino, no tardó en buscar a un sacerdote y esa persona se confeso muy arrepentida. De inmediato oí en mi alma la siguiente voz: ¿Me crees ahora? Otra vez una fuerza extraña llenó mi alma, me reforzó y me fortaleció hasta tal punto que yo misma me asombré de haber podido dudar por un momento. Sin embargo estas dudas siempre venían de fuera y eso me llevó a encerrarme aun más en mi misma. Al sentir durante la confesión la incertidumbre del confesor, no descubro mi alma a fondo sino que solamente me acuso de mis pecados. Si el sacerdote mismo no tiene serenidad, no la da a otras almas.

Oh sacerdotes, cirios encendidos que alumbran las almas, que su claridad no oscurezca jamás.  Comprendí que no era la voluntad de Dios que descubriera entonces el fondo de mi alma.  Dios me concedió esta gracia mas tarde.

31 (32) Jesús mió, guía mi mente, toma posesión absoluta de todo mi ser, enciérrame en el fondo de Tu Corazón y protégeme del asalto del enemigo. En Ti toda mi esperanza. Habla a través de mi boca cuando yo, miseria absoluta, este con los poderosos y los sabios para que reconozcan que esta causa es Tuya y de Ti proviene.

Tinieblas y tentaciones.

32 Mi mente estaba extrañamente obscurecida, ninguna verdad me parecía clara. Cuando me hablaban de Dios, mi corazón era como una roca. No lograba sacar del corazón ni un solo sentimiento de amor hacia Él. Cuando con un acto de voluntad trataba de permanecer junto a Dios, experimentaba grandes tormentos y me parecía que con ello causaba una ira mayor de Dios. No podía absolutamente meditar tal y como meditaba anteriormente. Sentía un gran vacío en mi alma y no conseguía llenarlo con nada. Empecé a sentir el hambre y el anhelo de Dios, pero veía toda mi impotencia. Trataba de leer despacio, frase por frase y meditar del mismo modo, pero fue en vano. No comprendía nada de lo que leía. Delante de los ojos de mi alma estaba constantemente todo el abismo de mi miseria. Cuando iba a la capilla por algunos ejercicios espirituales, siempre experimentaba aun más tormentos y tentaciones. A veces, durante toda la Santa Misa luchaba con los pensamientos blasfemos que trataban de salir de mis labios. Sentía aversión por los santos sacramentos. Me parecía que no sacaba ninguno de los beneficios que los santos sacramentos ofrecen. Me acercaba [a ellos] solamente por obediencia al confesor y esa ciega obediencia era para mi el único camino que debía seguir y [mi] tabla de salvación. Cuando el sacerdote me explico que ésas eran las pruebas enviadas por Dios y que, “con el estado en que te encuentras no sólo no ofendes a Dios, sino que le agradas mucho, (33) es una señal que Dios te ama inmensamente y que confía en ti, porque te visita con estas pruebas.” No obstante esas palabras no me consolaron, me parecía que no se referían en nada a mí. Una cosa me extrañaba. A veces cuando sufría enormemente, en el momento de acercarme a la confesión, de repente todos estos terribles tormentos cesaban; pero cuando me alejaba de la rejilla, todos esos tormentos volvían a golpearme [con] mayor furia. Entonces me postraba delante del Santísimo sacramento y repetía esas palabras:  Aunque me mates, yo confiaré en Ti [65]. Me parecía que agonizaba en aquellos dolores. El pensamiento que más me atormentaba era que yo era rechazada por Dios. Luego venían otros pensamientos: ¿Para qué empeñarme en las virtudes y en buenas obras? ¿Para qué mortificarme y anonadarme? ¿Para qué hacer votos? ¿Para qué rezar? ¿Para qué sacrificarme e inmolarme? ¿Para qué ofrecerme como victima en cada paso? ¿Para qué, si ya soy rechazada por Dios? ¿Para qué estos esfuerzos? Y aquí solamente Dios sabe lo que ocurría en mi corazón.

 Jesús en Vos Confío

33 Terriblemente atormentada por estos sufrimientos entré en la capilla y de la profundidad de mi alma dije estas palabras: Haz conmigo, Jesús, lo que Te plazca. Yo Te adoraré en todas partes. Y que se haga en mi Tu voluntad, oh Señor y Dios mío, y yo glorificaré Tu infinita misericordia. Después de este acto de sumisión cesaron estos terribles tormentos. De repente vi. a Jesús que me dijo: Yo estoy siempre en tu corazón. Un gozo inconcebible inundó mi alma y [llenó] de gran amor de Dios que inflamó mi pobre corazón. Veo que Dios nunca permite [sufrimientos] por encima de lo que podemos soportar. Oh, no temo nada; si manda al alma grandes tribulaciones, la sostiene con una gracia aun mayor, aunque no la notamos para nada. Un solo acto de confianza en tal momento da más gloria a Dios que muchas horas pasadas en el gozo de consolaciones durante la oración. Ahora veo que si Dios quiere mantener a un alma en la oscuridad, no la iluminará ningún libro ni confesor.

34  (34) Oh Maria, Madre y Señora mía. Te ofrezco mi alma y mi cuerpo, mi vida y mi muerte y todo lo que vendrá después de ella.  Pongo todo en tus manos, oh mi Madre. Cubre mi alma con tu manto virginal y concédeme la gracia de la pureza de corazón, alma y cuerpo.  Con tu poder defiéndeme de todo enemigo, especialmente de aquellos que esconden su malicia bajo una máscara de virtud. Oh Espléndida Azucena, Tu eres mi espejo, oh mi Madre.

35 Jesús, Divino prisionero del amor, cuando considero Tu amor y como Te has anonadado por mi, mis sentidos desfallecen. Encubres Tu Majestad inconcebible y Te humillas rebajándote a mi, un ser miserable. Oh Rey de la Gloria, aunque ocultas Tu hermosura, el ojo de mi alma desgarra el velo. Veo a los coros de ángeles que te honran incisamente y a todas las potencias celestiales que Te alaban sin cesar y que Te dicen continuamente: Santo, Santo, Santo. 

Oh ¿Quién comprenderá Tu amor y Tu misericordia insondable hacia nosotros? Oh prisionero del amor, encierro mi pobre corazón en este tabernáculo para adorarte sin cesar día y noche. No se de ninguna objeción a esta adoración, y aunque estoy físicamente lejos de Ti, mi corazón esta siempre Contigo. Nada puede impedir mi amor hacia Ti. No existe ningún obstáculo para mí. Oh Jesús Te consolare por todas las ingratitudes, por las blasfemias, por la tibieza, por el odio de los impíos, por los sacrilegios. Oh Jesús, deseo arder como victima pura y anonadada delante del trono de Tu escondite. Te ruego incesantemente por los pecadores agonizantes.

36 Oh Santa Trinidad, Dios Uno e Indivisible, bendito seas por este gran regalo y testamento de misericordia. Oh Jesús mío, para compensarte por los blasfemos, callaré cuando me reprendan injustamente, para satisfacerte aunque sea en una pequeña parte. En mi alma Te estoy cantando continuamente un himno y nadie lo puede sospechar ni entender. El canto de mi alma lo conoces sólo Tú, oh Creador y Señor mío.


37 (35) No me dejare arrebatar por el trabajo hasta el punto de olvidarme a Dios. Pasare todos los momentos libres a los pies del Maestro oculto en el Santísimo Sacramento. Él me enseña desde los años más tiernos.


















El exégeta del siglo XXI.

domingo, 17 de mayo de 2015

Diario de Santa Faustina Kowalska, 1701 a 1739.

1732 Mientras rezaba por Polonia, oí estas palabras: He amado a Polonia de modo especial y si obedece Mi voluntad, la enalteceré en poder y en santidad. De ella saldrá una chispa que preparará el mundo para Mi última venida.


 1701 Oh Cristo, tengo mi mayor deleite cuando veo que Tú eres amado, que resuenan Tu honor y gloria y especialmente la alabanza a Tu misericordia. Oh Cristo, hasta el último instante de mi vida no dejaré de glorificar Tu bondad y misericordia. Con cada gota de mi sangre, con cada latido de mi corazón glorifico Tu misericordia. Deseo transformarme por completo en un himno de Tu adoración. Cuando me encuentre en mi lecho de muerte, que el ultimo latido de mi corazón sea un himno amoroso de alabanza a tu insondable misericordia.

1702 (79) + Hoy el Señor me dijo: Antes de la venida del Espíritu Santo harás tres días de ejercicios espirituales. Yo Mismo te guiaré. No te atendrás a ninguna regla vigente en los ejercicios espirituales, ni usarás libros de meditación. Tu tarea consiste en prestar oído a Mis palabras. Como lectura espiritual leerás un capitulo del Evangelio de San Juan.

[En el manuscrito aquí viene media página en blanco].

1703 (80) 26 V (1838). Hoy acompañaba a Jesús mientras ascendía al cielo [416]. Pasado el mediodía, se apoderó de mí una grandísima añoranza de Dios. Una cosa extraña, cuanto más sentía la presencia de Dios, tanto mas ardientemente lo deseaba. Luego me vi entre una gran multitud de discípulos y apóstoles y la Madre de Dios. Jesús dijo que fueran por el mundo entero y enseñaran en Mi [Su] nombre extendió los brazos, los bendijo y desapareció en una nube. Vi la nostalgia de la Santísima Virgen. Su alma añoró a Jesús con toda la fuerza del amor, pero estaba tan tranquila y abandonada a Dios que en su corazón no había ni un solo destello contrario a la voluntad de Dios.

1704 Cuando me quedé a solas con la Santísima Virgen, me instruyó sobre la vida interior. Me dijo: La verdadera grandeza del alma consiste en amar a Dios y humillarse en su presencia, olvidarse por completo a si mismo y tenerse por nada, porque el Señor es grande, pero se complace sólo en los humildes mientras rechaza siempre a los soberbios.

1705 (81) Cuando me visitó nuevamente cierta persona que ya mencioné en otro lugar [y] cuando me di cuenta que empezó a hundirse en mentiras, le hice conocer que sabia que mentía. Se avergonzó muchísimo y calló. Entonces le hablé de los grandes juicios de Dios. Y conocí también que atraía almas inocentes a caminos peligrosos. Le revelé todo lo que tenia oculto en el corazón. Tuve que esforzarme para conversar con ella; para demostrar a Jesús que amaba a los enemigos le di mi merienda. Se alejó con la luz en el alma, pero los hechos [estaban] lejos de ella……

1706 Hay momentos cuando el Señor Jesús cumple mis más pequeños deseos. Hoy dijo que deseaba mirar las espigas de trigo que no se ven desde nuestro sanatorio. Lo había oído uno de los pacientes y al día siguiente salió del sanatorio al campo y me trajo unas bellísimas (82) espigas. Mi habitación aislada está siempre adornada de flores frescas, pero mi espíritu no encuentra satisfacción en nada; añoro a Dios con más fuerza cada vez.

1707 Hoy he pedido ardientemente al Señor Jesús por nuestra casa y que se digne quitar esa pequeña cruz con la cual ha visitado el convento [417]. El Señor me contestó: Tus plegarias han sido aceptadas para otras intenciones y esa pequeña cruz no la puedo quitar hasta que conozcan lo que significa. Yo, sin embargo, no dejé de rezar.

1708 Una fuerte tentación. Cuando el Señor me hizo saber cuánto le es agradable el corazón puro, conocí más profundamente mi propia miseria; y cuando comencé a prepararme a la confesión me asaltaron fuertes tentaciones contra los confesores. Yo no veía a Satanás, pero si lo sentía a él y su tremenda maldad. Si, es un hombre como los demás. No es como los demás, porque tiene el poder de Dios. Si, (83) acusarse de los pecados no es difícil, pero descubrir los más escondidos secretos del corazón, rendir cuenta de la actuación de la gracia de Dios, hablar de cada deseo de Dios, de todo lo que pasa entre yo y Dios decir esto a un hombre, eso está por encima de las fuerzas. Y sentía que luchaba contra fuerzas poderosas y exclamé: Oh Cristo, Tú y el sacerdote son uno, me acercaré a la confesión como a Ti y no a un hombre. Al acercarme a la rejilla, descubrí primero mis dificultades. El sacerdote dijo que no había podido hacer mejor que revelar en primer lugar esas fuertes tentaciones. Y después de la confesión se dispersaron todas quién sabe dónde; mi alma disfruta de la paz.

1709 Una vez, durante el recreo una de las Hermanas Directoras dijo que las Hermanas Conversas [418] no tenían sentimientos y por lo tanto se las podía tratar con dureza. Me entristecí de que las Hermanas Directoras conocían tan poco las Hermanas Conversas y juzgaban sólo según las apariencias.

1710 (84) Hoy hablé con el Señor que me dijo: Hay almas en las cuales no puedo hacer nada; son las almas que investigan continuamente a los demás sin ver lo que pasa en su propio interior. No dejan de hablar de los demás hasta durante el silencio riguroso que está dedicado para hablar Conmigo. Pobres almas, no oyen Mis palabras, quedan vacías en su interior, no Me buscan dentro de sus corazones sino en las habladurías donde Yo nunca estoy.  Sienten su vacío, pero no reconocen su culpa y las almas en las cuales Yo reino con plenitud son su continuo remordimiento de conciencia. En vez de enmendar tienen los corazones donde crece la envidia y si no se arrepienten, se hunden más. El corazón, hasta ahora envidioso, empieza a cultivar el odio. Y ya están cerca del abismo, envidian a otras almas Mis dones, pero ellas mismas no saben y no quieren aceptarlos.


1718 (85)  Permanecer a Tus pies, oh Dios oculto,
                Es el deleite y el paraíso de mi alma.
                Allí Te revelas a mi, oh Infinito,
                Y me dices dulcemente: dame el corazón, dámelo.

                Una silenciosa conversación Contigo, a solas,
                Es como vivir momentos celestiales,
                Y decir a Dios: Te daré mi corazón, Señor, Te lo daré,
                Y Tu, grande e infinito, lo aceptas amablemente.

                El amor y la dulzura, he aquí la vida de mi alma
                Con Tu continua presencia en ella.
                Vivo en la tierra en un éxtasis perenne
                Y como un Serafín repito Hosanna.

               Oh, Oculto, con el cuerpo, el alma y la divinidad,
               Bajo las tenues apariencias del pan,
               Tú eres mi vida,
               De Ti las gracias brotan para mí en abundancia,
               Tú eres para mí por encima de las delicias del cielo.

               Cuando Te unes a mi en la Comunión, oh Dios,
               Entonces siento mi grandeza inconcebible,
               (86) Que me viene de Ti, oh Señor,
                Lo reconozco humildemente,
                Y, a pesar de mi miseria, con Tu ayuda puedo volverme santa.

1719 + Durante la Santa misa conocí que cierto sacerdote no obraba mucho en las almas, porque pensaba en si mismo, por lo tanto estaba solo, la gracia de Dios huía de él. Se basaba sobre bagatelas, cosas exteriores que a los ojos de Dios no tienen ninguna importancia; y tan soberbio que sacaba del vacío y vertía en el vacío, fatigándose inútilmente.

1720 Hay momentos en que Jesús me da un entendimiento interior, y entonces todo lo que existe en la tierra está a mi servicio: los amigos y los enemigos, el éxito y las adversidades; todo, quiera o no quiera, tiene que servirme. No pienso nada en esto, trato de ser fiel a Dios y amarlo hasta olvidarme completamente de mi misma. Él Mismo me cuida y lucha contra mis enemigos.

1721 (87) Después de la Santa Comunión, al introducir a Jesús a mi corazón, le dije: Amor mío, reina en los mas secretos rincones de mi corazón, allí donde se engendran mis pensamientos mas secretos, donde sólo Tu, Señor, tienes acceso; en este mas profundo santuario donde el pensamiento humano no es capaz de llegar. Permanece allí sólo Tú y que de Ti provenga todo lo que haga por fuera. Deseo ardientemente y hago todo lo posible con todas las fuerzas de mi alma para que en este santuario Te sientas, oh Señor, como en Tu casa.

1722 Oí estas palabras: Si no Me ataras las manos, enviaría muchos castigos sobre la tierra. Hija Mía, tu mirada desarma Mi ira; aunque tu boca calle, Me llamas con tal fuerza que todo el cielo se estremece. No puedo regir tu súplica, porque no Me persigues a mucha distancia sino en tu propio corazón.

1723 (88) Una noche vino a verme el alma de cierta jovencita y me hizo sentir su presencia dándome a conocer que necesitaba mi oración. Recé un momento, pero su espíritu no se alejó de mí. Entonces dije dentro de mí: si eres un espíritu bueno, déjame en paz y las indulgencias de mañana serán para ti. En aquel momento, ese espíritu abandonó mi habitación; conocí que estaba en el purgatorio.

1724 Hoy, mas que nunca sentí la Pasión del Señor en mi cuerpo. Sentí que fue por un pecador agonizante.

1725 Hoy, el Señor volvió a instruirme cómo debo acercarme al sacramento de la penitencia: Hija Mía, como te preparas en Mi presencia, así te confiesas ante Mí; el sacerdote es para Mí sólo una pantalla. No analices nunca de qué clase de sacerdote (89) Me estoy valiendo y abre el alma al confesarte como lo harías Conmigo, y Yo llenaré tu alma con Mi luz.

1726 Cristo y Señor, me conduces sobre tales precipicios que cuando los miro, me infunden miedo, pero en el mismo instante me lleno de paz, abrazándome a Tu Corazón. Junto a Tu Corazón no tengo miedo de nada.  En los momentos de peligro me comporto como una niña que está en los brazos de la madre: al ver alguna amenaza, abraza con más fuerza el cuello de la madre y se siente segura.

1727 + A veces veo las redes tendidas contra mí por las almas que no deberían hacerlo. No me defiendo, sino confío mas en Dios que ve mi interior y me doy cuenta de que esas almas se enredan ellas mismas. Oh Dios, qué justo y bueno eres.

1728 (90) Escribe: Soy santo, tres veces santo y siento aversión por el menor pecado. No puedo amar al alma manchada por un pecado, pero cuando se arrepiente, entonces Mi generosidad para ella no conoce límites. Mi misericordia la abraza y justifica.  Persigo a los pecadores con Mi misericordia en todos sus caminos y Mi Corazón se alegra cuando ellos vuelven a Mí. Olvido las amarguras que dieron a beber a Mi Corazón y Me alegro de su retorno. Di a los pecadores que ninguna escapará de Mis manos.  Si huyen de Mi Corazón misericordioso, caerán en Mis manos justas. Di a los pecadores que siempre los espero, escucho atentamente el latir de sus corazones [para saber] cuándo latirán para Mí. Escribe que les hablo a través de los remordimientos de conciencia, a través de los fracasos y los sufrimientos, a través de las tormentas y los rayos, hablo con la voz de la Iglesia y si frustran todas Mis gracias, Me molesto con ellos dejándoles a si mismos y les doy lo que desean.

1729 Oh Jesús mío, únicamente Tú conoces mis esfuerzos; parece que estoy mejor, pero mejor sólo para poder ir a la terraza y no estar en la cama. Veo y me doy cuenta claramente de lo que pasa conmigo; a pesar del cuidado de las Superioras y los esfuerzos de los médicos mi salud está agotándose y huyendo, pero me alegro enormemente de Tu llamada, oh Dios mío, Amor mío, porque sé que en el momento de la muerte empezará mi misión. Oh, cuánto deseo ser librada de este cuerpo. Oh Jesús mío, Tu sabes que en todos mis deseos quiero ver siempre Tu voluntad. De por mi no quisiera morir ni un minuto antes ni tampoco vivir un minuto mas, ni que disminuyan (92) los sufrimientos ni que aumenten, sino que deseo únicamente lo que sea conforme a Tu santa voluntad.

Aunque mi entusiasmo es grande, y mis grandes deseos arden en el corazón, pero nunca es por encima de Tu voluntad.

1730 Acudo a Tu misericordia, Dios compasivo, ya que sólo Tú eres bondad. Aunque mi miseria es grande y mis ofensas muchas, confío en Tu misericordia y desde tiempo inmemorial nunca se ha oído, ni el cielo ni la tierra recuerdan que un alma confiada en Tu misericordia haya quedado decepcionada. Oh Dios de piedad, sólo Tu puedes justificarme y jamás me rechazaras, cuando yo, arrepentida, me acerque a Tu Corazón misericordioso, del cual nadie ha sido rechazado jamás, aunque haya sido el pecador mas grande.

1731 (93) Hoy me despertó una gran tormenta, el viento estaba enfurecido y llovía como si hubiera un huracán, a cada rato caían rayos.  Me puse a rogar que la tempestad no causara ningún daño; de repente oí estas palabras: Reza la coronilla que te he enseñado y la tempestad cesará. En seguida he comenzado a rezar la coronilla y ni siquiera la he terminado cuando el temporal ha cesado y oí estas palabras: A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con Mi voluntad.

1732 Mientras rezaba por Polonia, oí estas palabras: He amado a Polonia de modo especial y si obedece Mi voluntad, la enalteceré en poder y en santidad.  De ella saldrá una chispa que preparará el mundo para Mi última venida. 

1733 (94) + Te saludo, amor oculto, vida de mi alma. Te saludo, Jesús, bajo las tenues apariencias del pan. Te saludo, mi dulcísima misericordia que Te derramas sobre todas las almas. Te saludo, bondad infinita que derramas torrentes de gracias a Tu alrededor. Te saludo, resplandor oscurecido, luz de las almas. Te saludo, fuente de la misericordia inagotable, manantial purísimo del cual brotan para nosotros la vida y la santidad. Te saludo, deleite de los corazones puros. Te saludo, única esperanza de las almas pecadoras.

1734 Oh Jesús mío, Tu sabes que hay momentos en los cuales no tengo ni pensamientos elevados, ni ardor de espíritu. Me soporto pacientemente y reconozco que ésta soy precisamente yo, ya que todo lo que es bello en mi es gracia de Dios. En aquellos momentos me humillo profundamente e invoco Tu ayuda y la gracia de Tu presencia no tarde en llegar a un corazón humilde.

1735 (95)          Oh virgen, flor preciosa,
                        Ya no permanecerás mucho tiempo en este mundo,
                        Oh, qué bello es tu encanto,
                        Oh Mi casta esposa.

                        Ninguna cifra puede indicar
                        Lo preciosa que es tu flor virginal.
                        Y tu resplandor no ofuscado por nada
                        Es valiente, fuerte, invencible.

                        El resplandor mismo del sol de mediodía
                        Se apaga y oscurece frente a un corazón virginal.
                        No veo nada más grande que la virginidad,
                        Es una flor sacada del Corazón de Dios.

                        Oh virgen mansa, rosa perfumada,
                        Aunque son muchas las cruces en la tierra,
                        Pero ojo no vio ni pasó por la mente humana,
                        Lo que espera a una virgen en el cielo.

                       Oh virgen, azucena blanca como la nieve,
                       Tú vives entera sólo por Jesús,
                       (96) Y en el puro cáliz de tu corazón
                       Hay una agradable morada para Dios Mismo.

                      Oh virgen, nadie logra cantar tu himno,
                      En tu canción está escondido el amor de Dios,
                      Los mismos ángeles no comprenden
                      Lo que las vírgenes cantan a Dios.

                     Oh virgen, tú flor de paraíso
                     Ensombrece todos los esplendores de este mundo,
                     Y aunque el mundo no logra comprenderte,
                     No obstante, inclina humildemente ante Ti la frente.

                    Aunque el camino de la virgen está sembrado de espinas,
                    Y su vida erizada de varias cruces,
                    Pero ¿quién es tan valiente como ella?
                    Nada la quebrantará, es invencible.

                    Oh virgen, ángel en la tierra,
                    Tu grandeza es famosa en toda la Iglesia,
                    Tú haces guardia delante del tabernáculo
                    Y como un serafín te transformas toda en amor.

1736 (97) Una vez, en la terraza, supe que cierta persona era atormentada por graves tentaciones respecto a la confesión, dudando de su carácter secreto. Aunque conocía el estado de aquella alma, no inicié la conversación. Cuando nos quedamos a solas, ella abrió su corazón y me contó todo. Tras unos momentos de conversación me dijo: Ya estoy tranquila, mucha luz ha sido concedida a mi alma.

1737 Hoy Jesús me previno que hablara poco con cierta religiosa. Una gracia particular de Dios me sostuvo durante esa conversación, que en caso contrario no habría sido para la gloria de Dios.

1738 El Señor me dijo: Entra a menudo en el purgatorio, ya que allí te necesitan. Entiendo, oh Jesús, el significado de estas palabras que me diriges, pero permíteme primero entrar en el tesoro (98) de Tu misericordia.


1739 Escribe, hija Mía, que para un alma arrepentida soy la misericordia misma. La más grande miseria de un alma no enciende Mi ira, sino que Mi Corazón siente una gran misericordia por ella.


















El exégeta del siglo XXI.