lunes, 27 de abril de 2015

Diario de Santa Faustina Kowalska, del 646 al 723



646   19 de septiembre [1936]. Cuando salimos del medico [244] y entramos un momento en la pequeña capilla que está en el sanatorio, oí en el alma estas palabras: Niña Mía, todavía unas cuantas gotas en el cáliz, no falta mucho.  La alegría (134) inundó mi alma, he aquí la primera llamada de mi Esposo y Maestro. Se enterneció mi corazón y hubo un momento en que mi alma se sumergió en todo el mar de la Divina Misericordia; sentí que mi misión empezaba en toda la plenitud.  La muerte no destruye nada de lo que es bueno; ruego muchísimo por las almas que padecen sufrimientos interiores.

647   En cierta ocasión, recibí dentro de mí la luz respecto a dos hermanas; comprendí que no con todos podemos comportarnos de la misma manera. Hay personas que, de un modo extraño, saben trabar amistad y como amigas, sacar palabra tras palabra, como para aliviar, pero en un momento oportuno usan las mismas palabras para causar disgustos. Oh Jesús mío, qué extraña es la debilidad humana. Tu amor, Jesús, da al alma esta gran sensatez en las relaciones con los demás.

648   (135)                                                                                                      + 24 de septiembre de 1936

La Madre Superiora [245] me ordenó rezar un misterio del rosario en lugar de los demás ejercicios y acostarme de inmediato. Una vez acostada me dormí en seguida porque estaba muy cansada. Sin embargo, un momento después me despertó un sufrimiento. Era un sufrimiento tan grande que no me permitía hacer el mas pequeño movimiento, ni siquiera pude pasar la saliva. Duró unas tres horas. Pensé despertar a la hermana novicia con la que compartía el cuarto, pero pensé: ella no me ayudará nada, pues que duerma, me da pena despertarla. Me sometí completamente a la voluntad de Dios y pensaba que estaba llegando para mi el día de la muerte, día por mi deseado. Tenia la posibilidad de unirme a Jesús doliente en la cruz, no podía rezar de otro modo. Cuando el sufrimiento cedió, comencé (136) a sudar, pero no podía hacer ningún movimiento, porque volvía el dolor anterior.  En la mañana me sentía muy cansada, pero físicamente no sufría más; no obstante no pude levantarme para la Santa Misa. Pensé: Si después de tales sufrimientos no hay muerte, entonces ¿qué grandes deben ser los sufrimientos mortales?

697   Oh Jesús, Tu sabes que amo el sufrimiento y deseo vaciar el cáliz de los sufrimientos hasta la ultima gota y, sin embargo, mi naturaleza notó un ligero escalofrió y cierto temor, pero en seguida mi confianza en la infinita misericordia de Dios se despertó con toda su potencia y todo tuvo que ceder delante de ella como la sombra delante de un rayo de sol.  Oh Jesús, qué grande es Tu bondad; la infinita bondad Tuya que conozco bien me permite mirar con entereza a los ojos de la muerte misma.  Sé que nada puede sucederme sin su permiso. Deseo glorificar Tu misericordia infinita en la vida, en la hora de la muerte y en la resurrección y en la eternidad.

        (137) + Oh Jesús mío, mi fuerza, mi paz y mi descanso, en los rayos de Tu misericordia se sumerge mi alma todos los días, no conozco ni un momento de mi vida en que no haya experimentado Tu misericordia, oh Dios.  En toda mi vida no cuento con nada, sino con Tu misericordia infinita, oh Señor que es la guía de mi vida. Mi alma está llena de la misericordia de Dios.

698+  Oh, cuánto hiere a Jesús la ingratitud de un alma elegida.  Su amor inefable padece un martirio. Dios nos ama con todo su Ser infinito, cual Él es, y un polvo miserable desprecia este amor. Mi corazón estalla de dolor cuando veo tal ingratitud.

699   Una vez, oí estas palabras: Hija Mía, habla al mundo entero de la inconcebible (138) misericordia Mía. Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de Mi misericordia.  Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas.  En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales fluyen las gracias. Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata.  Mi misericordia es tan grande que en toda la eternidad no la penetrará ningún intelecto humano ni angélico.  Todo lo que existe ha salido de las entrañas de Mi misericordia. Cada alma respecto a mi, por toda la eternidad meditará Mi amor y Mi misericordia.  La Fiesta de la Misericordia ha salido de Mis entrañas (139, deseo que se celebre solemnemente el primer domingo después de Pascua.  La humanidad no conocerá paz hasta que no se dirija a la Fuente de Mi misericordia.

700   + En una ocasión, cuando estaba muy cansada y doliente y lo dije a la Madre Superiora, recibí la respuesta de que debía familiarizarme con el sufrimiento. Escuché todo lo que la Madre me dijo y un momento después Salí. Nuestra Madre Superiora tiene tanto amor al prójimo y, especialmente, a las hermanas enfermas, que todos la conocen por ello, pero en cuanto a mi, Jesús permitía que ella no me comprendiera y me ejercitara mucho en este aspecto.

701   Un día me sentía muy mal y fui al trabajo, pero en cada instante me parecía que iba a desmayarme; y el calor era tan grande que incluso sin trabajo uno no soportaba (14) aquel calor, sin hablar ya de si trabajaba y estaba doliente.  Así, antes del mediodía, interrumpí el trabajo y miré hacia el cielo con gran confianza y le dije al Señor: Jesús, cubre el sol porque ya no soporto más este calor y una cosa rara, en aquel mismo instante, una nubecita blanca cubrió el sol y a partir de aquel momento ya no hacía tanto calor.  Cuando, un momento después, empecé a reprocharme por no haber soportado el calor y por haber pedido el alivio, Jesús Mismo me tranquilizó.

702   13 de agosto de 1936.  Esta noche me penetra la presencia de Dios, en un solo instante conozca la gran santidad de Dios. Oh, cómo me oprime esta grandeza de Dios, ya que al mismo tiempo conozco todo mi abismo y mi nulidad.  Es un gran tormento, porque al conocimiento sigue el amor. El alma se lanza con ímpetu hacia Dios y se encuentran de frente dos amores:  el Creador y la criatura; (141) una gotita quiere medirse con el océano.  En un primer momento la gota quisiera encerrar en sí este océano ilimitado, pero en el mismo instante conoce que es una gotita y entonces queda vencida, pasa toda a Dios como una gota al océano…. Al iniciarse aquel momento es un tormento, pero tan dulce que el alma, experimentándolo, es feliz.

703   Actualmente hago un examen de conciencia particular: unirme con Cristo Misericordioso. Este ejercicio me da una fuerza misteriosa, el corazón está siempre unido a Aquel que desea, y las acciones reguladas por la misericordia que brota del amor.

704   Paso cada momento libre a los pies de Dios escondido. Él es mi Maestro, le pregunto todo, con Él hablo de todo, de allí saco fuerza y luz, allí aprendo todo, de allí me llegan las luces sobre el modo de comportarme con el prójimo. Desde el momento en que (142) Salí del noviciado, me encerré en el tabernáculo con Jesús, mi Maestro. Él Mismo me atrajo a este fuego de amor vivo, alrededor del cual se concentra todo.

705   25 IX.  Padezco sufrimientos en las manos, los pies y el costado, en los lugares que Jesús tenia traspasada. Experimento particularmente estos sufrimientos cuando me encuentro con un alma que no está en el estado de gracia; entonces rezo ardientemente que la Divina Misericordia envuelva a aquella alma.

706   29 IX.  En el día de San Miguel Arcángel vi a este gran guía junto a mí que me dijo estas palabras: El Señor me recomendó tener un cuidado especial de ti.  Has de saber que eres odiada por el mal, pero no temas.  ¡Quién como Dios! Y desapareció. Sin embargo siento su presencia y su ayuda.

707   (143) 2 X 1936. El primer viernes del mes. Después de la Santa Comunión, de repente vi a Jesús que me dijo estas palabras: Ahora sé que no Me amas por las gracias ni por los dones, sino porque Mi voluntad te es mas querida que la vida. Por eso Me uno a ti tan estrechamente como a ninguna otra criatura.


708   En aquel momento Jesús desapareció. La presencia de Dios inundó mi alma; sé que estoy bajo la mirada de este Soberano.  Me sumergí totalmente en el gozo que mana de Dios. El día entero viví sumergida en Dios, sin ningún intervalo. Por la noche, entré en una especie de desmayo, y en una extraña forma de agonía; mi amor deseaba ser igual al amor de aquel Soberano; estaba atraída hacia Él tan violentamente que, sin una gracia especial de Dios, era imposible soportar en esta vida tanta inmensidad de la gracia. Pero veo claramente que Jesús Mismo me sostiene y me fortifica y me hace capaz de relacionarme con Él. En esto el alma es activa de modo singular.

709   (144) 3 X 1936. Hoy, mientras rezaba el rosario, vi de repente el copón con el Santísimo Sacramento.  El copón estaba descubierto y con bastantes Hostias. Desde el copón salió una voz: Estas Hostias fueron recibidas por las almas convertidas con tus plegarias y tu sufrimiento. En aquel momento sentí la presencia de Dios como una niña, me sentía extrañamente una niña.

710   Un día sentí que no aguantaría estar de pie hasta la nueve y pedí a la Hermana N. darme algo de comer porque iba a acostarme antes, ya que me sentía mal.  La Hermana N. me contestó: Usted, hermana, no está enferma; han querido darle simplemente un descanso y por eso han fingido la enfermedad.  Oh Jesús mío, pensar que la enfermedad ha avanzado hasta tal punto que el medico me ha separado de las demás hermanas [246] para que no se contagien, y he aquí cómo uno es juzgado. Pero está bien así, todo es para Ti, Jesús mío.  No quiero escribir mucho de las cosas exteriores porque no son ellas el motivo para (145) escribir; yo deseo particularmente tomar nota de las gracias que el Señor me concede, porque ellas no son solamente para mí, sino para muchas almas.

711   5 X 1936.  Hoy recibí una carta del Padre Sopocko por la cual me enteré de que piensa hacer imprimir una estampita del Cristo Misericordioso, y me pidió enviarle cierta plegaria que quiere poner detrás, si obtiene la autorización del arzobispo. Oh, con que gozo tan grande se llena mi corazón por el hecho de que Dios me ha permitido ver esta obra de su misericordia. Oh, qué grande es esta obra del Altísimo; yo soy solamente su instrumento. Oh, cuán ardiente es mi deseo de ver esta Fiesta de la Divina Misericordia que Dios exige a través de mi, pero si tal es la voluntad de Dios y si ella se celebra solemnemente sólo después de mi muerte, yo me alegro de ella ya ahora y la celebro dentro de mi con el permiso del confesor.

712   (146) + Hoy he visto al Padre Andrasz de rodillas, sumergido en la plegaria y de súbito Jesús se presentó a su lado, e impuso las dos manos sobre su cabeza, y me dijo:  Él te guiará, no tengas miedo.

713   11 de octubre. Esta noche, mientras escribía sobre esta gran misericordia de Dios y sobre el gran provecho para las almas, Satanás irrumpió en la celda con gran rabia y furia, tomó el biombo y se puso a despedazarlo y quebrarlo. En un primer momento me asusté un poco, pero en seguida con un pequeño crucifijo hice la señal de la santa cruz; la bestia se calmó en seguida y desapareció. Hoy no vi esta figura monstruosa, pero solamente su rabia; la rabia de Satanás es terrible. El biombo, sin embargo, no estaba despedazado ni quebrado; con toda tranquilidad seguí escribiendo.  Sé bien que sin la voluntad de Dios, aquel miserable no me tocará, pero ¿por qué se porta así? Comienza a asaltarme abiertamente (147) y con tanta rabia y tanto odio, pero no perturba mi paz ni por un momento, y esta serenidad mía provoca su rabia.

714   + Hoy el Señor me dijo: Ve a la Superiora y dile que deseo que todas las hermanas y las alumnas recen la coronilla que te he enseñado.  La deben rezar durante nueve días y en la capilla, con el fin de propiciar a Mi Padre e implorar la Divina Misericordia para Polonia. Contesté al Señor que se lo diría a la Superiora, pero antes debía consultar al Padre Andrasz y decidí que en cuanto el Padre viniera, en seguida lo consultaría. Cuando el Padre vino, las circunstancias fueron tales que no pude verlo. No obstante, yo no habría debido reparar en ningunas circunstancias sino ir al Padre y arreglar el asunto.  Pensé que [lo haría] cuando viniera otra vez.

715   Oh, cuánto (148) eso desagradó a Dios.  En un instante la presencia de Dios me abandonó, esta gran presencia de Dios que está en mí incesantemente incluso de modo sensible. Pero en aquel momento me abandonó completamente; unas tinieblas dominaron mi alma hasta tal punto que no sabia si estaba en el estado de gracia o no. Debido a esto no me acerqué a la Santa Comunión durante cuatro días. Después de cuatro días vi al Padre Andrasz y le conté todo.  El Padre me consoló diciendo:  No ha perdido la gracia de Dios, pero de todos modos, dijo, sea fiel a Dios.  En el momento en que me alejé del confesionario, la presencia de Dios me envolvió nuevamente como antes.  Comprendí que la gracia de Dios hay que aceptarla tal y como Dios la envía, del modo como Él quiere, y se debe aceptar en la forma bajo la cual Dios nos la envía.

716   Oh Jesús mío, en este momento estoy haciendo un propósito decidido y perpetuo, basándome en Tu gracia y misericordia: la fidelidad a la más pequeña de Tus gracias.

717   (149) Durante toda la noche me preparaba para recibir la Santa Comunión, ya que no pude dormir a causa de los sufrimientos físicos. Mi alma se hundía en el amor y la contrición.

718   Después de la Santa Comunión oí estas palabras: Ves lo que eres por ti misma, pero no te asustes de eso.  Si te revelara toda la miseria que eres, morirías del horror. Has de saber, sin embargo, lo que eres. Por ser tú una miseria tan grande, te he revelado todo el mar de Mi misericordia.  Busco y deseo tales almas como la tuya, pero son pocas; tu gran confianza en Mi Me obliga a concederte gracias continuamente.  Tienes grandes e inexpresables derechos sobre Mi Corazón, porque eres una hija de plena confianza.  No soportarías la inmensidad de Mi amor que tengo por ti, si te lo revelara aquí en la tierra en toda su plenitud.  A menudo levanto un poco el velo para ti, pero debes saber que es solamente Mi gracia excepcional.  Mi amor y Mi misericordia no conocen límites.

719   (150) Hoy escuché estas palabras: Has de saber, niña Mía, que por ti concedo gracias a toda la comarca, pero debes agradecerme por ellos, porque ellos no Me agradecen por los beneficios que les concedo.  A base de tu agradecimiento seguiré bendiciéndolos.

720   Oh Jesús mío, Tú sabes lo difícil que es la vida comunitaria, cuántas incomprensiones y cuántos malentendidos, muchas veces a pesar de la mas sincera voluntad de ambas partes; pero éste es Tu misterio, oh Señor, nosotros lo conoceremos en la eternidad. Sin embargo, nuestros juicios deben ser siempre benignos.

721   El tener al director espiritual es una gracia grande, es una grandísima gracia de Dios. Siento que ahora no sabría avanzar sola en mi vida espiritual; es grande el poder del sacerdote; no dejo de agradecer a Dios por darme al director espiritual.

722   (151) + Hoy escuché estas palabras: Ves lo débil que eres y ¿cuándo podré contar contigo? Contesté: Jesús, quédate siempre conmigo, porque soy Tu niña pequeñísima; Jesús, Tu sabes lo que hacen los niños pequeños.


723   + Hoy escuché estas palabras: Las gracias que te concedo no son solamente para ti, sino también para un gran número de almas…. Y en tu corazón está continuamente Mi morada.  A pesar de la miseria que eres Me uno a ti y te quito tu miseria y te doy Mi misericordia. En cada alma cumplo la obra de la misericordia, y cuanto mas grande es el pecador, tanto mas grande es el derecho que tiene a Mi misericordia. Quien confía en Mi misericordia no perecerá porque todos sus asuntos son Míos y los enemigos se estrellarán a los pies de Mi escabel.


















El exégeta del siglo XXI.

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