Del Diario de Santa Faustina Kowalska
47 Al anochecer, estando en mi
celda, vi al Señor Jesús vestido con una túnica blanca. Tenía una mano levantada para bendecir y con
la otra tocaba la túnica sobre el pecho.
De la abertura de la túnica en el pecho, salían dos grandes rayos: uno
rojo y otro pálido. En silencio,
atentamente miraba al Señor, mi alma estaba llena del temor, pero también de
una gran alegría. Después de un momento,
Jesús me dijo: Pinta una imagen según el modelo que vez, y firma*: Jesús, en Ti confío. Deseo que esta imagen sea venerada primero en
su capilla y [luego] en el mundo
entero.
48 Prometo que el alma que venera esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la
victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte. Yo Mismo la defenderé como Mi gloria.
El exégeta del siglo XXI
No hay comentarios.:
Publicar un comentario