Santa Faustina Kowalska
866 Durante las vísperas
oí estas palabras: Hija Mía, deseo
descansar en tu corazón, ya que muchas almas Me han arrojado hoy de su corazón,
he experimentado una tristeza mortal. Traté de consolar al Señor
ofreciéndole mil veces mi amor, sentí en el alma la repugnancia por el pecado.
Jesús en Vos Confío
873 (246) 8 I. En la mañana del viernes cuando iba a la
capilla a la Santa Misa, de repente vi en la vereda una gran mata de enebro y
en ella un gato horrible que mirándome con maldad me impedía pasar a la
capilla. Una sola invocación del nombre de Jesús y todo desapareció. Ofrecí un
día entero por los pecadores agonizantes. Durante la Santa Misa sentí de manera
particular la cercanía del Señor.
Después de la Santa Comunión miré con confianza al Señor y le dije: Jesús,
deseo mucho decirte una cosa, y el Señor me miró con amor y dijo: ¿Y qué es lo que quieres decirme? Jesús,
Te pido por el inconcebible poder de Tu misericordia que todas las almas que
mueran hoy eviten el fuego infernal, aunque fuesen los pecadores mas grandes;
hoy es viernes, el memorial de Tu amarga agonía en la cruz; como Tu
misericordia es inconcebible, los ángeles no se sorprenderán. Y Jesús me abraza
a su Corazón y dijo: Hija (247) amada,
has conocido bien el abismo de Mi Misericordia. Haré como lo pides, pero no
dejes de unirte continuamente a Mi Corazón agonizante y satisfaz Mi Justicia. Debes
saber que Me has pedido una gran cosa, pero veo que te la ha dictado el Amor
puro hacia Mi, por eso satisfago tu petición.
874 Oh Maria, Virgen
Inmaculada, tómame bajo Tu protección más especial y custodia la pureza de mi
alma, de mi corazón y de mi cuerpo. Tú eres el modelo y la estrella de mi vida.
875 Hoy he experimentado
un gran tormento en el momento de la visita de nuestras hermanas. Me he
enterado de cierta cosa que ha herido mucho mi corazón, sin embargo me he
dominado de manera que las hermanas no se han dado cuenta de nada. Ese dolor me
rasgaba el corazón durante largo momento, pero todo esto por los pobres
pecadores…. Oh Jesús, por los pobres pecadores…. Oh Jesús, fuerza mía, quédate
cerca de mí, ayúdame….
876 (248) 10 I 1937. Hoy
he pedido al Señor que me dé fuerza desde por la mañana, para que pueda
acercarme a la Santa Comunión. Oh Maestro mío, Te pido con todo mi corazón
sediento, si está conforme a Tu santa voluntad, dame todos los sufrimientos y
debilidades que quieras, deseo sufrir día y noche, pero Te ruego ardientemente,
dame la fuerza en el momento en que debo acercarme a la Santa Comunión. Ves, oh
Jesús, que no traen la Santa Comunión a los enfermos, por lo tanto si no me
fortaleces en este momento para que pueda bajar a la capilla, ¿cómo Te recibiré
en el Misterio de Amor? Y Tu sabes cuánto mi corazón Te desea. Oh mi dulce
Esposo, ¿para qué tantos razonamientos? Tú sabes con qué ardor Te deseo y si
quieres, puedes hacérmelo. A la mañana siguiente sentí como si estuviera
completamente sana, ya no venían ni desvanecimientos ni debilidades. Sin
embargo, al regresar de la capilla, todos los sufrimientos y achaques volvieron
en seguida, como si me esperasen, pero no les tenía miedo (249) en absoluto,
porque me alimenté del Pan de los fuertes. Miro todo con entereza, incluso en
los ojos de la muerte misma.
Inmaculado Corazón de Nuestra Señora de Fátima
El exégeta del siglo XXI.
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