domingo, 5 de julio de 2015

Diario de Santa Faustina Kowalska, 866, 873-876


Santa Faustina Kowalska

866 Durante las vísperas oí estas palabras: Hija Mía, deseo descansar en tu corazón, ya que muchas almas Me han arrojado hoy de su corazón, he experimentado una tristeza mortal. Traté de consolar al Señor ofreciéndole mil veces mi amor, sentí en el alma la repugnancia por el pecado.
  

 Jesús en Vos Confío

873 (246) 8 I. En la mañana del viernes cuando iba a la capilla a la Santa Misa, de repente vi en la vereda una gran mata de enebro y en ella un gato horrible que mirándome con maldad me impedía pasar a la capilla. Una sola invocación del nombre de Jesús y todo desapareció. Ofrecí un día entero por los pecadores agonizantes. Durante la Santa Misa sentí de manera particular la cercanía del Señor.  Después de la Santa Comunión miré con confianza al Señor y le dije: Jesús, deseo mucho decirte una cosa, y el Señor me miró con amor y dijo: ¿Y qué es lo que quieres decirme? Jesús, Te pido por el inconcebible poder de Tu misericordia que todas las almas que mueran hoy eviten el fuego infernal, aunque fuesen los pecadores mas grandes; hoy es viernes, el memorial de Tu amarga agonía en la cruz; como Tu misericordia es inconcebible, los ángeles no se sorprenderán. Y Jesús me abraza a su Corazón y dijo: Hija (247) amada, has conocido bien el abismo de Mi Misericordia. Haré como lo pides, pero no dejes de unirte continuamente a Mi Corazón agonizante y satisfaz Mi Justicia. Debes saber que Me has pedido una gran cosa, pero veo que te la ha dictado el Amor puro hacia Mi, por eso satisfago tu petición.

874 Oh Maria, Virgen Inmaculada, tómame bajo Tu protección más especial y custodia la pureza de mi alma, de mi corazón y de mi cuerpo. Tú eres el modelo y la estrella de mi vida.

875 Hoy he experimentado un gran tormento en el momento de la visita de nuestras hermanas. Me he enterado de cierta cosa que ha herido mucho mi corazón, sin embargo me he dominado de manera que las hermanas no se han dado cuenta de nada. Ese dolor me rasgaba el corazón durante largo momento, pero todo esto por los pobres pecadores…. Oh Jesús, por los pobres pecadores…. Oh Jesús, fuerza mía, quédate cerca de mí, ayúdame….


876 (248) 10 I 1937. Hoy he pedido al Señor que me dé fuerza desde por la mañana, para que pueda acercarme a la Santa Comunión. Oh Maestro mío, Te pido con todo mi corazón sediento, si está conforme a Tu santa voluntad, dame todos los sufrimientos y debilidades que quieras, deseo sufrir día y noche, pero Te ruego ardientemente, dame la fuerza en el momento en que debo acercarme a la Santa Comunión. Ves, oh Jesús, que no traen la Santa Comunión a los enfermos, por lo tanto si no me fortaleces en este momento para que pueda bajar a la capilla, ¿cómo Te recibiré en el Misterio de Amor? Y Tu sabes cuánto mi corazón Te desea. Oh mi dulce Esposo, ¿para qué tantos razonamientos? Tú sabes con qué ardor Te deseo y si quieres, puedes hacérmelo. A la mañana siguiente sentí como si estuviera completamente sana, ya no venían ni desvanecimientos ni debilidades. Sin embargo, al regresar de la capilla, todos los sufrimientos y achaques volvieron en seguida, como si me esperasen, pero no les tenía miedo (249) en absoluto, porque me alimenté del Pan de los fuertes. Miro todo con entereza, incluso en los ojos de la muerte misma.

Inmaculado Corazón de Nuestra Señora de Fátima
















El exégeta del siglo XXI.

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