María, Señora de Todos los Pueblos
JORNADA DE ORACIÓN EN HONOR A MARÍA,
MADRE DE TODOS LOS PUEBLOS
Conferencia del P.
Paul María Sigl sobre el tema,
“Dios nos indica el camino hacia la verdadera paz por
medio de María,
La Madre de todos los Pueblos”
Pentecostés, 31 de mayo de 2009, LanXess–Kölnarena,
Colonia (Alemania)
“Lleva esta Imagen por el mundo. Y no
hablo sólo de tu país, sino del mundo entero. El mundo se está corrompiendo. El
mundo sufrirá calamidad tras calamidad. El mundo está destruido y seguirá
destruyéndose moral y materialmente. Las guerras continuarán mientras no venga
la ayuda del verdadero Espíritu. Lleva de nuevo a los hombres a la Cruz”. -Mensaje de Ámsterdam
del 15 de noviembre de 1951-
…
NOTA: En la lectura de este documento -trascripto de pdf a Word-,
se observarán referencias a imágenes –con un número entre paréntesis-. Estas
fotos por razones de economía no figuran en el presente texto. Si lo desea
puede verlas en:
…
¡Queridos hermanos y hermanas, queridos peregrinos
venidos de cerca y de lejos!
Exactamente
hace 50 años, el 31 de mayo de 1959, la Stma. Virgen se apareció por última vez
en Ámsterdam (1) como Señora y Madre de todos los Pueblos. Qué hermosa
coincidencia poder celebrar este cincuentenario con la Jornada de Oración de
hoy en la Diócesis de Su Eminencia el Cardenal Joachim Meisner. De este modo
realizamos un deseo que la Stma. Virgen manifestó explícitamente hace 54 años:
“Tienen que encargarse que cada año
todos los pueblos se reúnan alrededor de este trono, en torno a esta imagen.
Este es el gran don que María, Miriam o la Señora de todos los Pueblos puede
dar al mundo” (31.05.1955).
Por
tanto, la Stma. Virgen es quien nos ha invitado para concedernos gracias
extraordinarias. Es Ella la que hoy nos acoge, en el verdadero sentido de la
palabra.
La venida de la Madre de todos los
Pueblos
Culmen de la “Época Mariana”
Muchos
de ustedes ya desde hace años veneran fielmente a la Madre de todos los
Pueblos. Pero para todos aquellos que para nuestra alegría, están por primera
vez entre nosotros –y son muchos-, deseo explicar un poco la importancia
particular de la Señora de todos los Pueblos.
Con
la aparición de la Inmaculada en la Rue du Bac (2) en París durante la cual la
Stma. Virgen nos reveló la Medalla Milagrosa -en 1830-, empezó “la Época
mariana”. Se ha dado ese nombre a este período histórico porque en ninguna otra
época anterior la Virgen había hecho sentir su amor materno y su presencia en
tantos lugares distintos, sobre todo en Europa. Pensemos solamente en las
apariciones reconocidas por la Iglesia: La Salette, Lourdes, Knock -Irlanda-,
Fátima, Beauraing y Banneux -Bélgica-. Necesitábamos particularmente su potente
presencia salvífica casi palpable porque en los últimos 180 años Satanás -como
nunca antes-, ha intentado destruir los pueblos, la Iglesia y el mundo con un
ataque frontal contra Dios. Con la venida de la Inmaculada y la revelación de
la Medalla Milagrosa (3) comenzó “la Época mariana” tan significativa.
Con
la venida de la SEÑORA, LA MADRE DE TODOS LOS PUEBLOS, en Ámsterdam (4), “la
Época mariana” ha alcanzado en cambio su apogeo, o sea su coronación. Tal vez
esto les sorprenda pero lo comprenderán bien por lo siguiente. Si cumplimos los
deseos de Dios que nos han sido revelados por nuestra Madre en Ámsterdam,
seremos guiados a una nueva época, a un nuevo Pentecostés, a un tiempo nuevo.
El ciclo de las apariciones en Ámsterdam sucedió hace poco más de cincuenta
años pero no ha perdido nada de su actualidad. ¡Al contrario! En efecto hoy en
día, cuando casi todos los aspectos de la vida de la Iglesia y del mundo están
en una crisis casi irremediable y la paz mundial está amenazada como nunca
antes, se revelan con incomparable importancia las apariciones de la Señora de
todos los Pueblos, cuyo origen sobrenatural ha sido confirmado en un decreto
del 2002 por el Obispo de la diócesis, Mons. Jozef M. Punt. Todos nosotros en
un futuro próximo, tenemos el deber de comprender más profundamente cuánto la
suspirada paz en las familias y entre los pueblos depende del fiel cumplimiento
ahora y hoy de lo que la Madre de todos los Pueblos pide en Ámsterdam. ¡Todo
depende de nuestra colaboración!
¡Aprendamos de Fátima!
Para
demostrarles -queridos peregrinos-, respecto a Ámsterdam lo decisiva que es
nuestra colaboración quisiera recordarles Fátima. (5) La mirada atrás en el
tiempo a las apariciones de Fátima nos muestra dramáticamente lo que ocurre
cuando se presta demasiada poca atención a las palabras de María y se duda en
seguir su estrategia materna. Lo paradójico es esto: Fátima fue reconocida como
sobrenatural por la más alta autoridad eclesiástica pero se esperó demasiado
para realizar los deseos de la Stma. Virgen. En 1917 a finales de la Primera
Guerra Mundial la Reina del Rosario en Portugal nos avisaba del peligro en
Rusia (6) y de la propagación de su ateísmo en todo el mundo pero esta
advertencia fue tomada demasiado poco en serio. Así el ateísmo militante se
propagó con la rapidez del viento, subyugando aquellas naciones que –una tras
otra-, fueron agredidas con feroz brutalidad. Aquí vemos la invasión de
Checoslovaquia por los rusos en 1968. Una mañana en Praga, estudiantes y padres
de familia de pronto se vieron ante el hecho consumado (7). Este obrero
eslovaco en Bratislava (8), al volver de la fábrica se encontró de repente ante
los tanques rusos. En su dolor y desesperación se rasga la camisa en medio de
la calle. Sólo en Rusia se destruyeron más de 50.000 iglesias y monasterios.
Millones de personas murieron en el Gulag, en los campos de concentración en
Siberia. No lo olvidemos: ¡Todo eso se habría podido evitar si hubiéramos
prestado atención a los avisos de la Santísima Virgen en Fátima! Igualmente la
Reina del Rosario nos había puesto en guardia contra el drama de la Segunda
Guerra Mundial y esto más de veinte años antes que estallara.
Para
evitar el comunismo, el nacional socialismo (9) y la Segunda Guerra Mundial, la
Stma. Virgen había ofrecido medios concretos de gracia: La oración del santo
rosario (10), la comunión reparadora, los cinco primeros sábados del mes y la
consagración a su Corazón Inmaculado. Desafortunadamente no se hizo caso a sus
súplicas maternas y así millones de hombres murieron en campos de concentración
(11) o en el frente de batalla. Los soldados que no perdieron la vida fueron
hechos prisioneros. Aquí (12) vemos prisioneros de guerra alemanes en Moscú,
antes de ser deportados en Siberia. Con cuánto odio el demonio trata de destruir
(13) todo lo que recuerda a Dios, esto se ve bien en la imagen de la abadía de
Montecasino, probablemente el monasterio benedictino más hermoso y más famoso
del mundo. Aquí lo vemos antes y después del bombardeo (14, 15). Las ciudades
de Europa, sobre todo las de Alemania, fueron reducidas a cenizas, por no
hablar de Hiroshima y Nagasaki. Esta es una vista aérea de Hiroshima, en
septiembre de 1945, al mes de haber sido arrasada por la primera bomba atómica
de la historia (16). Hoy estamos en Colonia. Por eso permítanme que les muestre
una foto, también de 1945, cuando Colonia, como muchas otras ciudades alemanas,
parecía una ciudad fantasma (17). Por no haber tomado en serio las palabras de
la Stma. Virgen en Fátima sucedió todo eso. Es desconcertante pensar que habría
podido evitarse todo este terrible sufrimiento y miseria.
María viene a Ámsterdam
Pero
la Stma. Virgen -como Madre amorosa-, nunca nos deja solos. Así se ha
apresurado a venir en nuestra ayuda a finales de la Segunda Guerra Mundial, esta
vez en Holanda. El 25 de marzo de 1945, fiesta de la Anunciación (18), la
Virgen se le apareció discretamente a Ida Peerdeman, una mujer de 40 años, en
su casa en Ámsterdam. En el curso de 56 apariciones durante 14 años la Madre de
todos los Pueblos habla a muchas naciones y pueblos, especialmente a Alemania.
Ella dirige su palabra al Papa, a los obispos, a los sacerdotes y consagrados,
a las familias, a los hombres, a las mujeres, a los niños y a todos los hombres
de buena voluntad. Como madre nos advierte contra la pérdida de la fe, la
corrupción moral, las calamidades y la guerra. Ella desea -como dice-,
salvarnos de una gran catástrofe mundial que nos amenaza, para conducirnos a
una nueva época llena del Espíritu Santo, a un tiempo de paz. Por eso la Madre
de todos los Pueblos nos recuerda el valor y la fuerza divina de los
sacramentos, en particular de la Santa Eucaristía. Ella nos pide sobre todo el
amor, tanto que un día la vidente vio la palabra AMOR escrita con grandes
letras en el cielo. Con este objetivo la Virgen trae de vuelta a los hombres
junto a la cruz, la cumbre del amor, la cruz como fuente de la Misericordia,
centro de la creación. También por eso hemos querido poner en el centro de este
lugar la cruz de nuestra redención con la imagen de Jesús Misericordioso.
La vidente Ida Peerdeman
Hoy
muchos de ustedes están aquí por primera vez. Por eso quisiera decir algo
acerca de la vidente Ida Peerdeman. En esta foto (19) tiene la edad de 27 años.
Ida era una persona extraordinariamente modesta y ejemplar en la obediencia al
obispo y a su director espiritual. Aunque no estaba casada, todos los que la
conocían más de cerca la sentían como una mujer profundamente materna. Ya con
doce años, volviendo de la confesión semanal tuvo el primer encuentro con la
resplandeciente “Señora” vestida de blanco. Era el 13 de octubre de 1917, el
mismo día en que la Stma. Virgen se aparecía por última vez en Fátima, el día
del gran milagro del sol (20). De todo eso sin embargo la niña no sabía nada.
Muchos años más tarde Ida describió sus impresionantes visiones, como aquí en
esta foto (21). En ellas Ida no veía sólo tragedias para que fueran evitadas
sino también la maravillosa renovación de la Iglesia que sin duda vendrá por
medio de un nuevo Pentecostés de amor.
Madre
Ida falleció el 17 de junio de 1996 con 90 años de edad. Por la estima que
sentía hacia la vidente, el entonces obispo de la Diócesis de
Haarlem–Ámsterdam, Mons. Henrik Bomers, quiso celebrar personalmente el funeral
(22). Si el obispo no hubiera estado convencido de la autenticidad de las
apariciones y de los mensajes nunca lo habría hecho. Durante la Santa Misa dijo
en la homilía: “Estamos aquí reunidos por el amor, por la admiración y la
estima hacia Ida Peerdeman. De todas maneras, deseo decir que conocía a Ida
bastante bien... Siempre se mantuvo objetiva y contraria a cualquier exaltación
de su persona, cosa que no toleraba... De lo que estoy convencido, sin lugar a
dudas, es que ella era absolutamente sincera y dijo la verdad sobre lo que experimentó”.
Pruebas de autenticidad
El
Obispo Bomers tenía esta idea positiva de la vidente gracias a sus encuentros
personales y sus conversaciones con ella pero probablemente también por las
numerosas pruebas de autenticidad que Dios dio en Ámsterdam, tan impresionantes
como raras veces se ve en la historia de las apariciones de la Stma. Virgen. La
Señora de todos los Pueblos dice de los mensajes:
“Mis signos están contenidos en mis
palabras” (31.05.1957), lo cual
significa que Ella demuestra de un modo siempre nuevo la autenticidad de sus
mensajes, con el cumplimiento de sus numerosas predicciones en el correr de los
años.
Dispongo
de tiempo limitado lo cual me permite citar sólo pocos ejemplos. Ya en 1950 Ida
vio la reunificación de Alemania. En una visión la Señora mostró una gruesa
línea en Alemania y luego dijo:
“Europa está dividida en dos”
(10.12.1950). Entonces, la vidente
tuvo que derrumbar de un golpe esta línea con un gesto de la mano. Casi 40 años
después, en 1989, nosotros mismos fuimos testigos de la caída del muro de
Berlín (23), del cual el Presidente Honecker había dicho sin embargo diez meses
antes: “¡Dentro de un siglo el muro seguirá existiendo!” (24). La convicción de
Honecker se comprende fácilmente ante este desfile militar (25) en octubre de
1989, pocas semanas antes de la caída del muro.
También
la primera llegada de los norteamericanos a la luna (26) en 1969. Fue vista por
la vidente 23 años antes. En aquel momento Ida sintió la ausencia de la fuerza
de gravedad y la describió detalladamente a su director espiritual (07.02.1946)
En
otra visión Ida fue llevada a la Basílica de San Pedro. Vio allí presentes a
todos los obispos del mundo con mitras blancas y también al Santo Padre con la
tiara y un gran libro (27). Nadie en el mundo -y menos aún la misma vidente-,
habría podido siquiera intuir que con esta impresionante visión del 11 de
febrero de 1951 había visto el Concilio Vaticano II que empezó sólo 11 años
después.
La
mayor prueba de autenticidad fue dada por la Stma. Virgen a la vidente la noche
entre el 18 y el 19 de febrero de 1958. Ella le predijo que a inicios de
octubre –es decir, ocho meses más tarde–, moriría el Papa Pío XII (28) que sin
embargo estaba entonces con buena salud.
“Escucha: El actual Santo Padre, el Papa
Pío XII, será llevado con los nuestros a inicios de octubre de este año. La
Señora de todos los Pueblos, la Corredentora, Medianera y Abogada, lo llevará
al gozo eterno”. La Stma. Virgen le
pidió a la vidente que no hablara con nadie de este mensaje. El padre
espiritual respetó esa máxima reserva pero quiso que Ida le entregara el
secreto en un sobre sellado. Ida conservó en su casa una copia de dicho
mensaje. Pío XII efectivamente murió a inicios de octubre (29) (el 09.10.1958)
en Castelgandolfo. Madre Ida fue ese mismo día a ver a su padre espiritual y le
mostró la copia del mensaje que ya se había cumplido. Para el director
espiritual esa prueba de autenticidad era mucho más convincente porque como
sacerdote bien sabía que sólo Dios establece y conoce el día de la muerte de
una persona. La carta sellada fue enviada a Roma por el director espiritual, el
P. Frehe, OP. (30).
La
extraordinaria importancia de los mensajes de Ámsterdam para la Iglesia y para
el mundo se pueden comprender fácilmente, si Dios, para demostrar su
autenticidad, se sirvió incluso de un futuro Concilio o de la vida y de la
muerte de un santo Pontífice.
La posición de la Iglesia
Naturalmente
de los hechos de Ámsterdam no sólo se han ocupado Mons. Huibers y sus sucesores
sino también la Congregación para la Doctrina de la Fe en Roma. Las
investigaciones y consultas de las comisiones diocesanas han durado años. En el
mes de mayo de 1974 la Congregación para la Doctrina de la Fe envió una carta
al obispo de Haarlem-Ámsterdam, Mons. Zwartkruis, y publicó en el “Osservatore
Romano” una nota diciendo que “non constat de supernaturalitate”, lo cual
quería decir que “la sobrenaturalidad” hasta entonces “no había sido probada”.
En 1996, veintidós años más tarde Mons. Bomers obispo de Ámsterdam y su
Auxiliar Mons. Jozef M. Punt, –ante las numerosas peticiones de Holanda y de
otros países-, tras haber consultado la Congregación para la Doctrina de la Fe,
oficialmente autorizaron la veneración pública de María con la advocación
bíblica de “Señora de todos los Pueblos”.
-En
la foto (31) se ven los dos obispos en la Segunda Jornada Internacional de
oración, en 1998. Detrás de ellos aparece, presidiendo la celebración, el
cardenal austriaco Alfonso M. Stickler, de Roma, fallecido en el 2007, que
siempre creyó en la autenticidad de los mensajes de Ámsterdam-.
Lo
hicieron con un decreto dado precisamente hace 13 años, el 31 de mayo de 1996,
en el que se lee entre otras cosas:
“Hace
falta distinguir las apariciones y los mensajes, de una parte, y el título
mariano de ‘Señora de todos los Pueblos’ por otra. Por el momento, la Iglesia
no está en condiciones de pronunciarse sobre el carácter sobrenatural de las
apariciones ni sobre el contenido de los mensajes, y deja a cada uno la
libertad de hacerse un juicio personal según su propia conciencia. La oración
‘Señor Jesucristo, Hijo del Padre…’ en que aparece el título de ‘Señora de
todos los Pueblos’ ya obtuvo en 1951 la aprobación eclesiástica del obispo de
Haarlem de entonces, Mons. Huibers. Así mismo, en lo que se refiere al culto
público de María con esta advocación, no hay objeciones por parte nuestra”.
Si
en esta fiesta de Pentecostés podemos hablar abiertamente aquí, en la
LanXess–Kölnarena, de las apariciones de la Stma. Virgen en Ámsterdam y de sus
mensajes, lo debemos también al actual obispo diocesano Mons. Jozef Marianus
Punt, que el 31 de mayo de 2002 reconoció oficialmente las apariciones de
Ámsterdam (32). En su decreto leemos:
“Como
ya se sabe, mi predecesor Mons. H. Bomers y yo dimos la aprobación a esta
devoción popular en 1996... Entre tanto ya han transcurrido seis años. He
constatado que esta devoción ha llegado a ocupar un lugar en la vida espiritual
de millones de personas en todo el mundo (33) y que a la vez cuenta con el apoyo
de muchos obispos... (34) En pleno reconocimiento de la responsabilidad de la
Santa Sede es el deber del obispo local ser el primero en pronunciarse en
cuanto a la autenticidad de revelaciones privadas que se den o se hayan dado
dentro de su diócesis. Con este fin he consultado algunos teólogos y psicólogos
con relación a los resultados de investigaciones y a las preguntas y objeciones
que suscitaban... Además he pedido el consejo de varios colegas obispos en
cuyas diócesis existe una fuerte devoción a María como Señora y Madre de todos
los Pueblos (35), en cuanto a los frutos y el desarrollo de la misma.
Observando así todos estos consejos, testimonios y acontecimientos y bajo
profunda oración y reflexión teológica he llegado a la conclusión que las apariciones
de Ámsterdam son de origen sobrenatural”.
EL TÍTULO
La Señora, la Madre de todos los
Pueblos
1. Ya en las primeras páginas en el Génesis, leemos sobre la MUJER que
junto con su Hijo aplasta la cabeza de la serpiente (36):
“Yo
pondré enemistad entre ti y la Mujer, entre tu descendencia y la suya: Ella te
aplastará la cabeza y tú tratarás de morder su talón” (Gn. 3,15).
La
exégesis católica nunca ha dudado que esta MUJER sea María que junto con su
Hijo vence al demonio.
También
en Ámsterdam la Stma. Virgen alude a esto:
“Yo aplasté a la serpiente con mi pie.
Estuve unida al Hijo, así como siempre lo había estado” (15.08.1951). “Ella
vencerá a Satanás, como ha sido profetizado. Ella pondrá sus pies sobre la
cabeza de Satanás” (31.05.1955).
2. En las bodas de Caná vemos que la MUJER intercede y obtiene gracias por
medio suyo (37):
“Jesús
contestó: ‘¿Mujer, qué nos va en esto a ti y a Mi? Aún no ha llegado mi hora’.
La madre dice a los siervos: ‘Hagan lo que Él les diga’” (Jn. 2,4–5).
Jesús
llama MUJER a su madre no porque la ponga a distancia en el sentido de un duro
rechazo sino para recordarle su vocación materna universal.
En
Ámsterdam la Stma. Virgen hace a propósito referencia a Caná para indicar por
un lado la relación armoniosa con su Hijo y por otro para demostrarnos cómo
Jesús quiso que Ella, en cuanto “la MUJER”, pidiera el milagro:
“¿Acaso el mismo Señor Jesucristo,
antes de hacer su gran milagro no esperó –y ahora la Señora habla en voz baja y
haciendo énfasis-, las palabras de su Madre para cumplir el gran milagro de
transformar el agua en vino? Él quería obrar el milagro pero esperó la
intervención de su Madre ¿Comprendes?… Este pensamiento les ayudará a
comprender la relación que la Señora tiene con su Señor” (31.05.1956).
3. El Evangelio de San Juan nos muestra así mismo a la MUJER corredentora
en el Calvario (38):
“Jesús
entonces, viendo a su Madre y a su lado al discípulo que Él amaba, dijo a su
Madre: ‘¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!’” (Jn. 19,26).
Ya
durante la primera aparición, la Virgen se presentó con su hermoso título
bíblico: Mujer - Señora. [Es interesante saber que en la lengua original, en
holandés, ‘Vrouwe’ significa ‘Mujer’ y ‘Señora’].
Más
de 150 veces emplea en los mensajes este nuevo título: “Yo soy la Señora, María, Madre de todos los Pueblos”. Puedes decir:
‘La Señora de todos los Pueblos’, o bien, ‘Madre de todos los Pueblos’”
(11.02.1951).
¿Por qué “SEÑORA” de todos los Pueblos?
Para
comprender más profundamente por qué la Stma. Virgen se aparece ahora y en
estos tiempos con el título de “SEÑORA”, naturalmente se tienen que abrir las
Sagradas Escrituras, porque sólo en ellas se halla el sentido pleno de esta
palabra.
1. Ya en las primeras páginas, en el Génesis, leemos sobre la MUJER que
junto con su Hijo aplasta la cabeza de la serpiente (36):
“Yo
pondré enemistad entre ti y la Mujer, entre tu descendencia y la suya: Ella te
aplastará la cabeza y tú tratarás de morder su talón” (Gn. 3,15). La exégesis
católica nunca ha dudado que esta MUJER sea María, que junto con su Hijo vence
al demonio.
También
en Ámsterdam la Stma. Virgen alude a esto:
“Yo aplasté a la serpiente con mi pie.
Estuve unida al Hijo, así como siempre lo había estado” (15.08.1951). “Ella
vencerá a Satanás, como ha sido profetizado. Ella pondrá sus pies sobre la
cabeza de Satanás” (31.05.1955).
2. En las bodas de Caná vemos que la MUJER intercede y obtiene gracias por
medio suyo (37):
“Jesús
contestó: ‘¿Mujer, qué nos va en esto a ti y a Mi? Aún no ha llegado mi hora’.
La madre dice a los siervos: ‘Hagan lo que Él les diga’” (Jn. 2,4–5). Jesús
llama MUJER a su madre, no porque la ponga a distancia en el sentido de un duro
rechazo, sino para recordarle su vocación materna universal.
En
Ámsterdam la Stma. Virgen hace a propósito referencia a Caná, para indicar por
un lado la relación armoniosa con su Hijo y por otro para demostrarnos cómo
Jesús quiso que Ella, en cuanto “la MUJER”, pidiera el milagro:
“¿Acaso el mismo Señor Jesucristo,
antes de hacer su gran milagro no esperó –y ahora la Señora habla en voz baja y
haciendo énfasis-, las palabras de su Madre para cumplir el gran milagro de
transformar el agua en vino? Él quería obrar el milagro pero esperó la
intervención de su Madre ¿Comprendes?… Este pensamiento les ayudará a
comprender la relación que la Señora tiene con su Señor” (31.05.1956).
3. El Evangelio de San Juan nos muestra así mismo a la MUJER corredentora
en el Calvario (38):
“Jesús
entonces, viendo a su Madre y a su lado al discípulo que Él amaba, dijo a su
Madre: ‘¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!’” (Jn. 19,26).
Escuchemos
lo que dijo acerca de esto el Papa Juan Pablo II:
“En
dos ocasiones solemnes, es decir, en Caná y al pie de la cruz (cf. Jn. 2,4; 19,
26) Jesús la llama con el título de ‘MUJER’. María está asociada a la obra
salvífica en cuanto mujer. El Señor que creó al hombre ‘varón y mujer’ (cf. Gn.
1, 27), también en la redención quiso poner al lado del nuevo Adán a la nueva
Eva. Los primeros padres emprendieron el camino del pecado; una nueva pareja,
el Hijo de Dios con la colaboración de la Madre, devolverían al género humano
su dignidad original” (Audiencia general del 09.04.1997).
“En
la hora de Jesús, de la Madre y de la Iglesia, las palabras del Redentor son
solemnes y realizan lo que proclaman: María es constituida Madre de los
discípulos de Cristo, de todos los hombres” (Tegucigalpa, Honduras,
08.03.1983).
Esto
es confirmado en el mensaje de Ámsterdam del 6 de abril de 1952:
“En el Sacrificio de la cruz el Hijo
donó este título al mundo entero”.
4. Por último leemos lo que el libro del Apocalipsis dice de la MUJER
vestida de Sol (39):
“En
el cielo apareció después un signo grandioso: Una Mujer vestida de sol, con la
luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en torno a su cabeza. Estaba
encinta y gritaba por los dolores y fatigas del parto. Entonces apareció otro
signo en el cielo: Un enorme dragón rojo… El dragón se paró delante de la Mujer
que estaba a punto de dar a luz…” (Ap. 12,1–4).
Hablando
de esto, el Papa Pablo VI escribió:
“El
gran prodigio que el apóstol San Juan vio en el cielo, una MUJER vestida de sol
(Cf Ap. 12,1), no sin fundamento la sagrada liturgia lo interpreta refiriéndolo
a la Santísima Virgen María, Madre de todos los hombres por gracia de Cristo
Redentor” (Signum Mágnum, Introducción, 13.05.1967).
La
lucha de la MUJER con el dragón nos recuerda las palabras del Génesis:
“Yo
pondré enemistad entre ti y la MUJER” (Gn. 3,15).
Y
la Stma. Virgen en Ámsterdam dice a la vidente en el mensaje del 3 de diciembre
de 1953:
“Las fuerzas del infierno se desatarán.
Sin embargo, no podrán vencer a la Señora de todos los Pueblos”.
Por
consiguiente, María siempre es llamada “MUJER” cuando se trata de su vocación
materna universal respecto a todos los hombres de todos los tiempos. Y nos
recuerda:
“La humanidad ha sido encomendada a la
Madre” (15.08.1951).
Refiriéndose
a este título, la Madre de todos los Pueblos hizo luego también muchas promesas
consoladoras:
“Con este título Ella salvará el mundo”
(20.03.1953). “La Señora de todos los Pueblos podrá traer la Paz al mundo. Pero
hay que pedírselo a Ella bajo este título” (11.10.1953).
Ella
es realmente Madre para todos los pueblos, tribus y razas pertenecientes a
cualquier profesión de fe. Ama a todos sus hijos, también a aquellos que
todavía no conocen su amor materno y en particular a aquellos que no quieren
oír hablar de Ella. Será la MADRE DE TODOS LOS PUEBLOS la que podrá alcanzarnos
y darnos la paz universal y duradera, el verdadero ecumenismo y la unidad en el
Espíritu Santo.
LA ORACIÓN
Para
alcanzarnos esta paz mundial duradera, esta unidad en el Espíritu Santo, la
Stma. Virgen reveló su oración, de la que ya había hablado en el primer
mensaje. Pero se la dictó a la vidente sólo seis años más tarde, el día de la
fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, el 11 de febrero de 1951, y precisamente
en Alemania.
La
importancia universal de esta oración para la Iglesia y el mundo resulta
también de que la Stma. Virgen la reveló durante la visión profética del Concilio
Vaticano II. (40) La visión se interrumpió de repente, Ida fue llevada ante una
cruz y estuvo tan dolorosamente unida al sufrimiento de Jesús y de María, que
empezó a llorar. Escuchemos lo que dice la misma vidente:
“Me
hallé pues con la Señora ante la cruz. (41) Ella me dijo:
‘Repite lo que digo’.
Entonces
la Señora empezó a decir:
‘Señor Jesucristo, Hijo del Padre…’.
¡Pero,
cómo lo decía! De un modo que te penetra profundamente. Nunca he oído a nadie
en el mundo decirlo así.
‘Manda ahora tu Espíritu’, acentuando AHORA,
y
‘Haz que el Espíritu Santo habite en el
corazón de TODOS los pueblos’, con
el acento puesto especialmente en la palabra TODOS.
También
la palabra AMÉN fue pronunciada por
la Señora de una manera tan bella, tan solemne. Mientras repetía todo, palabra
por palabra, no me daba cuenta del significado de lo que decía. Sin embargo, en
el momento en que la Señora dijo ‘Amén’,
todo apareció escrito con grandes letras delante de mí y luego, de pronto, me
di cuenta que era una oración. Lo extraño es que yo nunca tuve que aprenderla
de memoria… estaba como grabada en mi mente.
“Señor Jesucristo,
Hijo del Padre,
Manda ahora tu Espíritu
Sobre la tierra.
Haz que el Espíritu Santo habite
En el corazón de todos los pueblos,
Para que sean preservados
De la corrupción, de las calamidades
Y de la guerra.
Que la Señora de todos los Pueblos,
Que un día era María,
Sea nuestra Abogada.
Amén”.
Luego
la Señora prosiguió su mensaje:
‘Hija, esta oración es tan breve y
sencilla que cada uno puede decirla en su propio idioma, ante su propia cruz. Y
los que no tengan una cruz pueden rezarla interiormente’”.
La
oración entonces, es una maravillosa súplica por la venida del Espíritu Santo,
para que venga AHORA y venga a habitar en el corazón de TODOS los pueblos.
Para
que los pueblos sean preservados de la CORRUPCIÓN: ¿Es que acaso no nos enfrentamos todos los días con
la corrupción, con la pérdida de la fe y la consecuente decadencia moral? El
que pierde la fe pierde fácilmente también la moral. Corrupción que procede de
la pornografía y del satanismo (42), y no es raro que acabe en el suicidio.
¡Algunos expertos calculan en unos 60.000 los jóvenes que siguen el demonio en
Alemania! La policía de Baden–Württemberg en Friburgo de Brisgovia calcula que
“en cada escuela hay al menos un satanista”. La corrupción en el mundo de la
diversión, de la música rock, de las malas películas que cada día ven cientos
de millones de personas en vídeos y discos. Aquí vemos el anuncio de una
película de terror que se está proyectando actualmente en los cines de todo el
mundo. Se titula: “Arrástrame al infierno”. (43) La corrupción mediante el
aborto. El Instituto para la política familiar presentó el 7 de mayo de 2008 al
Parlamento Europeo los datos que prueban que a causa de los abortos, Europa
pierde cada año más de un millón de niños (44), lo que equivale a la población
de Luxemburgo y de Malta juntas.
Para
que seamos preservados de las CALAMIDADES, calamidades en todas sus formas: Desgracias y catástrofes naturales,
incendios devastadores (45), huracanes e inundaciones (46) que dadas sus
dimensiones destructivas son llamadas “catástrofes del siglo”. Calamidades a
causa de terremotos, como ocurrió en Aquila-Italia (47) hace unas semanas. La
trágica realidad es que siempre afectan también a los inocentes. Lo mismo vale
con el hambre, una calamidad que toca a pueblos enteros. Según informa la FAO
(UNICEF) hoy día hay más de 900 millones de personas que sufren de hambre en
los países subdesarrollados, es decir ¡casi mil millones! A causa del hambre
mueren cada día 8.000 niños. ¡Traten de imaginarlo por un instante! Globalmente
hay más de 18 millones de prófugos. (48) Ellos saben lo que significa, día tras
día, tener miedo, estar cansados y hambrientos. Más de la mitad son niños. Son
los primeros que sufren y cada día su número aumenta.
Para
que seamos preservados de la GUERRA:
Hace cinco meses y medio el Instituto para Análisis de los Conflictos
Internacionales de Heidelberg publicó que el número de conflictos bélicos y no
bélicos ha aumentado a 345. (49) ¡Es el número más alto desde que terminó la
Segunda Guerra Mundial, en 1945! Que la Stma. Virgen nos preserve de un nuevo
ascenso en el conflicto del Medio Oriente, que sin duda en muy poco tiempo
podría extenderse a un conflicto mundial. Hace años que Irán está realizando un
programa nuclear, oficialmente con fines pacíficos, pero a la vez declara
abiertamente su intención de destruir Israel con bombas atómicas porque ese
estado no tiene derecho a existir. Parece ser esa la verdadera razón por la que
Irán no quiere renunciar en absoluto a su programa nuclear. (50)
Insistentemente se habla de un “escenario de horror, de una Tercera Guerra
Mundial”. (51) A pesar de todos los esfuerzos internacionales, incluso de los
más famosos diplomáticos, la situación política mundial empeora cada día más.
Se comprende por qué la gente ve el
futuro con miedo
De
ese miedo hablaba en el 2006 la más influyente psicoterapeuta alemana, Christa
Meves, durante la relación introductoria al “Segundo Congreso Internacional,
Punto de Encuentro de la Iglesia Mundial”, bajo el patrocinio de la
organización “Ayuda a la Iglesia que sufre”, en Augsburgo. Aquí la vemos en el
2005, mientras el Cardenal Meisner le entrega “la cruz de dama delegada” de la
Orden de San Gregorio, el más alto reconocimiento católico, que le fue
concedido (52) por el Papa Benedicto XVI. En su intervención se preguntaba:
“¿Cómo
no tener miedo, si ya la cantidad de bombas atómicas podría destruir y
envenenar miles de veces nuestro hermoso planeta azul con todos los seres
vivos? Sí, ¿cómo no tener miedo si los musulmanes exhortan sus gentes a la
Guerra Santa (53) contra “el occidente ateo”, como ellos lo llaman? ¿Cómo no
tener miedo, si en todo el mundo se producen nuevas epidemias mortíferas (54)
para las cuales, a causa de la rapidez con que nacen, no se consigue producir
medicinas? ¿Cómo podemos permanecer indiferentes ante el hecho que desde hace
cuarenta años los países industrializados están en fase de extinción, haciendo
de todo para no tener hijos y matando millones de veces en el seno materno los
que han sido concebidos? Tan sólo en Alemania ha habido ocho millones de
abortos desde 1976. ¿Cómo no deberíamos temblar cuando se calcula que por esa
causa la fuerza económica bajará sin remedio, amenazando por último con causar
hambre, pobreza y en todo caso desempleo?…”.
Y
como católica convencida afirmaba que contra la creciente angustia existencial
tenemos necesidad de una fe renovada y viva en Cristo, el cual nos dice:
“Tengan
confianza. Yo he vencido al mundo” (Jn. 16,33).
¡Qué
cierto es todo eso! Cristo es el Salvador del mundo. Y nos envía a Su Madre,
porque la paz del mundo y nuestro tiempo han sido encomendados a Ella. Dice en
efecto la Madre de todos los Pueblos:
“Este tiempo es Nuestro tiempo. Esto
significa que en este tiempo el Padre y el Hijo quieren enviar precisamente
ahora a la Corredentora, Medianera y Abogada a todo el mundo” (02.07.1951), porque ningún poder humano será capaz de vencer el mal
en el mundo y de realizar un cambio si no invocamos a María, la Madre, enviada
por el Padre y el Hijo para que venga a habitar entre nosotros. Ella como Madre
de la Iglesia y de todos los Pueblos nos alcanza con su mediación al Espíritu
Santo como en la fiesta de Pentecostés de hace 2000 años en Jerusalén. (55)
De
la corrupción proceden las calamidades y las guerras Respecto a su oración, la
Señora dice una cosa muy importante para todos nosotros. Escuchemos sus
palabras:
“Invóquenla como su Abogada, pídanle
que aleje todas las calamidades. Pídanle que elimine de este mundo la
corrupción. De la corrupción vienen las calamidades, de la corrupción vienen
las guerras. Tienen que pedir por medio de mi oración que todo esto sea
eliminado de este mundo. Ustedes no saben lo grande e importante que es esta
oración ante Dios” (31.05.1955).
Calamidades
y guerras son, por lo tanto, consecuencias de la corrupción moral. ¿Han oído ya
una afirmación tan clara y precisa? ¡Es extraordinariamente rica en
explicaciones y fácil de entender! Porque si no reconocemos nuestros pecados
ante Dios y no nos arrepentimos, no sólo nos hacemos daño a nosotros mismos
sino que el mal, el maligno adquiere poder. Y el demonio se sirve de ese poder
para hacernos daño lo máximo posible con su odio despiadado. Sólo pocos
cristianos se dan cuenta. Así que no es Dios el que da al demonio el poder de
hacernos daño, ¡sino que somos nosotros los que se lo damos! Dios en cambio nos
da el poder de vencer el mal.
Para
que se terminen las calamidades y las guerras debemos esforzarnos para que sea
eliminada su causa: la corrupción. Lo cual no significa otra cosa sino que nos
tenemos que convertir como en tiempos de Juan el Bautista (56), con humildad y
arrepentimiento. Que nos convirtamos mediante una buena confesión (57), con la
oración (58) y recibiendo con amor la Eucaristía (59), con la caridad (60) y el
ayuno.
Se
trata en realidad de medios sencillos que todos podemos usar. Incluso los
cuatro mil millones de no cristianos (61) que conocen a Dios demasiado poco
pueden dejar su egoísmo y pensar en el bien de los demás, si –como dice la
Señora de todos los Pueblos-, aspiran a “la
justicia, la verdad y el amor” (08.12.1952).
Escuchemos
las maravillosas promesas de la Stma. Virgen para quienes rezan su oración:
“Por medio de esta oración la Señora
salvará el mundo. Vuelvo a repetir esta promesa” (10.05.1953).
“Ustedes no saben lo grande e
importante que es esta oración ante Dios. Él escuchará a su Madre, ya que Ella
quiere ser vuestra Abogada” (31.05.1955).
La
Stma. Virgen explica también por qué nos enseña esta nueva oración:
“Ha sido dada para pedir que el
verdadero Espíritu venga sobre el mundo” (20.09.1951).
“Tú no puedes calcular el gran valor
que esto puede tener” (04.03.1951).
“Tú no sabes lo que el futuro traerá”
(15.04.1951).
En
efecto queridos amigos, nadie sabe lo que nos traerá el futuro (62). Pero la
Stma. Virgen nos hace una gran promesa a la vez dramática y estupenda. Afirma
que:
“Ha sido
enviada por su Señor y Creador para poder salvar al mundo, con este título y
por medio de esta oración, de una gran catástrofe mundial… Por medio de esta
oración la Señora salvará el mundo. Vuelvo a repetir esta promesa” (10.05.1953)
“Que un día era María”
Permítanme
que en este contexto les diga algo muy importante. Casi todos tropiezan con una
dificultad en la frase: “Que un día era
María”. También alguno de ustedes, que conoce esta oración hace ya algún
tiempo, probablemente se ha visto en la misma situación.
Eso
no sorprende dado que la primera que tuvo dificultades para entender el sentido
de esas palabras fue la misma vidente, luego su director espiritual, el P.
Frehe y por último el obispo Mons. Huibers que debía autorizar que se
imprimiera.
Por
eso el obispo, al que le gustaba esta oración, en la primera publicación de la
estampa, simplemente hizo quitar esa frase que no entendía, con lo cual
al final la oración decía:
“Que la Señora de todos los Pueblos sea
nuestra Abogada”.
La
Stma. Virgen sin embargo no estuvo de acuerdo con ese cambio de la oración:
“‘Que la Señora de todos los Pueblos,
que un día era María, sea nuestra Abogada’, esto debe quedar así” (06.04.1952).
Ya
lo había explicado antes de forma breve, clara y sencilla:
“‘Que un día era María’ significa que
muchos han conocido a María como María, pero ahora, en este nuevo período que
llega, quiero ser la Señora de todos los Pueblos. Esto lo entienden todos”
(02.07.1951).
“Que un día era María” no significa de ningún modo que ya no debemos llamar
“María” a la Stma. Virgen, como
repetimos tantas veces rezando el rosario. Significa más bien que queremos
conocer a María no sólo por su nombre, sino también por su vocación como
nuestra Madre espiritual y para que nuestra relación con Ella llegue a ser como
la de un niño. (63) Que esta relación de un niño con su madre pueda ser mucho
más profunda y más personal, vale sin duda también para nosotros católicos,
como para esta joven (64), pero mucho más para los cuatro mil millones que no
son cristianos, es decir, para la mayor parte de la humanidad. De hecho, ellos
conocen a María sólo de nombre pero no saben que es Madre de todos los pueblos
y por tanto de cada uno de ellos personalmente, como lo es para esta jóven
hindú (65), de la India meridional, que en la imagen de la Señora de todos los
Pueblos ha descubierto a su madre. ¡Fíjense cómo estrecha a su corazón la
imagen de la Madre de todos los Pueblos! Si una persona descubre a María como
su propia madre todo cambia: Ella, que para mí antes era solamente María, ahora
la conozco y la quiero como madre mía (66). Por lo tanto en mi corazón nacerá
el deseo de entregarme a Ella y de imitarla, como un niño se entrega a su mamá
y la imita (67).
Modificación de la oración
¿Por
qué ya no rezamos la oración de Ámsterdam como ha sido enseñada?
Para
poderlo explicar les pido ahora toda su atención.
En
años pasados, fieles, sacerdotes y obispos tuvieron a menudo dificultad con la
frase “que un día era María”, como la
tuvo Mons. Huibers. Por eso muchas veces ha sido consultada la Congregación para
la Doctrina de la Fe en Roma. Movida por solicitud pastoral, considerando las
palabras “que un día era María” de la
oración de la Señora de todos los Pueblos pudieran ser mal entendidas la
Congregación para la Doctrina de la Fe en julio de 2005 pidió al obispo de la
Diócesis de Ámsterdam, Mons. Jozef M. Punt, que las quitara. El 8 de agosto de
2005, Raphaël Soffner, coordinador de la Comisión, publicó la posición del
obispo, declarando:
“Naturalmente,
el obispo contactó la Congregación y expresó su opinión sobre esta materia. Al
mismo instante, él pidió a las autoridades responsables de la devoción acatar
la preocupación pastoral de la Congregación y renunciar en oración pública a
esta frase o el orarla en silencio, hasta un nuevo aviso. El obispo comprende
que para muchos esto pudiera causar conflictos entre la convicción y la
obediencia pero refiere el ejemplo ofrecido por la vidente misma.
Una
vez también ella se encontró en un dilema similar y luego escuchó las
siguientes palabras de la Señora:
‘La obediencia va primero’.
Naturalmente
el obispo afirma que la obediencia no excluye el continuar adelante con el
diálogo abierto sobre este tema. Permanece además inalterada la gran y actual
importancia de esta oración que pide que el ‘Señor
Jesucristo’, el ‘Hijo del Padre’
nos envíe ‘ahora’ el Espíritu Santo
sobre nuestra tierra herida. En todo esto el obispo también ve un lado
positivo. Con esta discusión se abre la puerta a un diálogo más profundo.
Detrás de esta frase que fue dada después de la proclamación del dogma de la
Asunción de María al cielo hay una pregunta fundamental:
¿Quién
es María verdaderamente en el plan de salvación de Dios?
¿Qué
papel tiene Ella en la venida del Espíritu Santo?
¿Qué
puede hacer Ella en este tiempo en el mundo contemporáneo?
A
este diálogo el Papa Juan Pablo II explícitamente animó a los teólogos en el
año 2002.
Para
dejar claro que el título de “Señora de
todos los Pueblos” se refiere a la Stma. Virgen, han sido añadidas las
palabras “la Santísima Virgen María”.
Esta versión recibió el imprimátur del obispo de Haarlem-Ámsterdam, Mons. J. M.
Punt, el 6 de enero de 2009. Así pues, ahora la oración termina diciendo:
“Que la Señora de todos los Pueblos, la
Santísima Virgen María, sea nuestra Abogada”
A
menudo encuentro fieles que desde hace años veneran a la Señora de todos los
Pueblos y les resulta difícil aceptar la nueva versión. Por eso quisiera
pedirles a todos ustedes sencillamente pero con insistencia, su obediencia, una
obediencia por amor ya que sólo así la oración podrá seguir siendo divulgada en
el mundo entero con la bendición de la Iglesia y el apoyo de obispos y
sacerdotes. Este modo eclesial de pensar y de obrar es importante y decisivo
para la difusión de su imagen y de su oración. En una visión la misma Stma.
Virgen habla de ello diciendo:
“Y ahora, la Señora de todos los
Pueblos promete dar la verdadera paz. Pero los pueblos junto con la Iglesia
–sea bien claro: Con la Iglesia-, tienen que rezar mi oración” (20.03.1953).
¡Piénsenlo!
¿Qué habría hecho la Santísima Virgen? También Ella habría obedecido
humildemente.
LA IMAGEN DE ÁMSTERDAM
Los
mensajes de Ámsterdam también en esto son particulares porque en ellos la Stma.
Virgen ha descrito detalladamente cómo se tenía que pintar su imagen. Contemplándola
(68), los hombres comprenderán por qué María es nuestra Madre. Estoy seguro que
si se les pregunta a los cristianos:
“¿Por
qué María es tu madre?”, muchos dirían:
“Porque
es la Madre de Jesús y porque también a nosotros nos ha llevado con Él en su
regazo”.
No
está equivocada esta respuesta, pero no es el motivo más profundo de su
maternidad con respecto de nosotros.
Es
nuestra Madre por tres razones. Y precisamente es eso lo que describe la imagen
de Ámsterdam.
1. María es nuestra MADRE porque –unida al Redentor suyo y nuestro-, ha
sufrido por nosotros como CORREDENTORA. ¿Ven cómo la Santísima Virgen, en este
cuadro de Bradi Barth se pone las manos sobre su regazo, en el cual lleva a
todos los hombres? (69) Bajo la cruz ha dado a luz a la humanidad para una vida
nueva. Por eso en la imagen de Ámsterdam la vemos de pie, delante de la cruz
luminosa de su Hijo Divino iluminada totalmente por esa luz.
Como
es ya evidente en la Medalla Milagrosa no se puede separar la Madre de la cruz,
ni la cruz de la Madre. En torno a la cintura lleva una faja; la Santísima
Virgen misma nos explica que representa el lienzo que cubrió las caderas del
Hijo y la unión inseparable entre la Corredentora y su Redentor. En sus manos
se ven llagas transfiguradas. A primera vista podría sorprendernos porque el
sufrimiento de la Madre Dolorosa en el Calvario no llegó a ser visible por el
derramamiento de sangre a través de las heridas. Los evangelios nos lo habrían
dicho. Pero preguntémonos: “¿Quién ha sufrido más, los santos estigmatizados,
como por ejemplo Padre Pío (70) y Teresa Neumann, o la Madre Dolorosa?”.
Nuestra respuesta lógica, teológicamente correcta es: “¡La Dolorosa!”.
Permítanme sin embargo que ahora les muestre una foto impresionante de la
estigmatizada Teresa Neumann, tomada durante una visión suya de la pasión. (71)
Si Teresa Neumann sufrió de una forma tan impresionante, ¿cuánto más habrá
sufrido la Madre al pie de la cruz?
Precisamente
esta realidad espiritual fue subrayada por Juan Pablo II, afirmando en la
Audiencia General del 4 de mayo de 1983:
“El
Padre quería que Ella, llamada a la más grande cooperación al misterio de la
Redención, fuese enteramente asociada al sacrificio y compartiera todos los
dolores del Crucificado”.
¿Comprenden
entonces por qué nuestra Madre se apareció en Ámsterdam con llagas místicas?
2. María es así mismo la MADRE de todos nosotros, porque como MEDIANERA,
en unión con su Divino Hijo transmite toda gracia a los pueblos. En la imagen
eso está representado con los tres rayos de luz que brotan de sus manos
traspasadas (72), de los cuales dice:
“Estos son tres rayos, los rayos de
Gracia, Redención y Paz. Por la Gracia de mi Señor y Maestro, el Padre envió a
su Hijo, por amor a la humanidad, como Redentor, al mundo. Ellos dos quieren
enviar ahora al verdadero Espíritu Santo, que no es otra cosa que Paz. De modo
que: Gracia, Redención y Paz” (31.05.1951).
Los
rayos descienden sobre las ovejas blancas y negras, que representan el rebaño
de Cristo, o sea, todos los pueblos y razas de la tierra. Las manos traspasadas
que difunden las gracias (73) simbolizan la íntima relación que hay entre la
corredención y la mediación de las gracias. Nos muestran que de cada
sufrimiento soportado con amor brotan gracia y bendición. En otras palabras:
Aquella que como Corredentora ha sufrido unida al Redentor para obtener las
gracias, puede también distribuirlas junto con Él.
3. María es también MADRE de todos nosotros, porque intercede por nosotros
como ABOGADA ante Dios, nos defiende del mal y nos protege del demonio. La
realidad bíblica de la Madre que, aplastando la cabeza de la serpiente, nos
defiende del demonio y lo vence, está representada de una forma particularmente
impresionante:
En
la imagen de Ámsterdam –a diferencia de la Medalla Milagrosa-, la serpiente ya
no se ve porque está vencida del todo (74). No se puede representar de un modo
más evidente la intercesión materna de María. Ella es en verdad la Mujer
vestida de sol que aplasta la cabeza de la serpiente, la Señora del Apocalipsis
(75). Por eso quisiera definir la imagen de Ámsterdam como una “imagen
paradisíaca” que muestra ya el Triunfo del Corazón Inmaculado de la Madre.
Es
una imagen del nuevo tiempo, del tiempo de paz universal que reinará en el
corazón de todos los hombres. Si contemplamos esta imagen y oramos ante ella,
nos llenamos todos de gran confianza. ¿No nos recuerda esto el Apocalipsis de
San Juan? -donde está escrito-:
“El
morará entre ellos; ellos serán su pueblo y ‘Dios-con-ellos’ será su Dios.
Enjugará toda lágrima de sus ojos y no habrá más muerte, ni luto, ni lamento,
ni afán, porque las cosas de antes han pasado” (Ap. 21,3b–4).
A
propósito de la imagen que describe de tres maneras la maternidad universal de
María respecto a todos los hombres de todos los tiempos, la Señora de todos los
Pueblos afirma algo sorprendente:
“Esta imagen precederá. Esta imagen
tiene que ir por todo el mundo. Significa y representa el nuevo dogma. Por eso,
yo misma he dado esta imagen a los pueblos” (08.12.1952).
EL DOGMA DE LA MADRE DE TODOS LOS
PUEBLOS
¿Esta
imagen es la explicación y la figura que representa un nuevo dogma?
¿De
qué nuevo dogma habla la Señora?
En
la historia de las apariciones marianas es realmente un hecho singular que la Santísima
Virgen pida en sus mensajes la proclamación de un dogma: Según sus palabras
será “el último y más grande”
(15.08.1951) dogma mariano.
Dirigiéndose
al Papa, dice:
“Ocúpate del último dogma, la
coronación de la Madre del Señor Jesucristo, la Corredentora, Medianera y
Abogada” (11.10.1953).
Muchas
veces la Virgen se dirige en sus mensajes directamente a los teólogos y les
explica el contenido de fe y la gran importancia del dogma:
“Di a sus teólogos que pueden encontrar
todo en los libros… No traigo una nueva doctrina” (04.04.1954).
“La Iglesia encontrará mucha oposición
respecto al nuevo dogma” (15.08.1951).
Hoy
-después de más de cincuenta años-, la Iglesia Católica se halla realmente en
esta situación difícil y dolorosa:
Por
un lado cardenales y cientos de obispos quisieran ver glorificada a María con
el dogma de Corredentora, Medianera y Abogada. Lo mismo desean famosos
teólogos, muchos sacerdotes y millones de fieles. Distintos mariólogos y santos
hasta el tiempo actual han amado mucho y han empleado el título de
“Corredentora”, como por ejemplo: Vicente Pallotti, Ana Catalina Emmerich,
Leopoldo Mandič, Maximiliano Kolbe, Edith Stein, el Padre Pío y Madre Teresa de
Calcuta.
También
el Papa Juan Pablo II usó muchas veces el título de “Corredentora”. Por ejemplo
en la Audiencia General del 8 de septiembre de 1982 dijo:
“María,
aunque concebida y nacida sin mancha de pecado, ha compartido de manera
admirable los sufrimientos de su Divino Hijo para ser Corredentora de la
humanidad”
Pero
no todos piensan así y tienen sus razones comprensibles. Entre cardenales,
obispos y teólogos son muchos los que consideran el concepto “Corredentora”
como algo equívoco y por lo tanto fundamentalmente inadecuado para describir de
un modo teológicamente correcto la posición única de María en el plan de
salvación.
Es
mi intención queridos amigos y siento también que es mi deber, decirles
abiertamente a propósito de este título que el entonces Prefecto de la
Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Joseph Ratzinger, dijo al
periodista alemán Peter Seewald, en su libro “Dios y el mundo”, que la
colaboración de María en el plan de salvación “se expresa mejor mediante otros
títulos, mientras que la palabra ‘Corredentora’ se aleja demasiado del lenguaje
y de los escritos de los Padres de la Iglesia y por eso provoca malentendidos”.
También el cardenal Joachim Meisner comparte esta opinión al respecto. (76)
Era
necesario decirlo aquí claramente pues el Arzobispo de Colonia, siendo el mejor
y más fiel amigo del Santo Padre, nunca nos habría dado la posibilidad de
celebrar en su Diócesis una Jornada de Oración en honor de la Señora de todos
los Pueblos, cuyo mensaje está relacionado directamente con el título de
Corredentora, si no se dijera claramente también la actual posición de la
Congregación para la Doctrina de la Fe.
Queridos
peregrinos, tal posición no significa sin embargo que eclesiásticos, teólogos y
fieles no puedan usar este título de “Corredentora”. La discusión teológica,
que se distingue por el máximo respeto del Magisterio auténtico, sigue abierta.
Si se explica de forma teológicamente correcta el concepto de “Corredentora”,
resulta claro que María no es igual a Jesús, como si Ella fuera Dios. Por el
contrario, “co-redentora” significa que María, en cuanto Inmaculada y nueva
Eva, en unión perfecta con su Hijo Divino, en plena dependencia de Él y
viviendo totalmente de Él, ha sufrido de un modo único por nuestra redención.
Hijo
y Madre eran verdaderamente un solo corazón, un solo amor, y compartían un solo
sufrimiento por un fin común: ¡la redención del mundo! (77)
Así
lo dijo la Stma. Virgen a Santa Brígida de Suecia:
“Adán y Eva vendieron el mundo por una
manzana, mi Hijo y Yo lo hemos rescatado con un corazón”.
Un diálogo de amor
Para
que un día esta verdad -si Dios quiere-, pueda ser proclamada dogma, las
diferentes opiniones teológicas acerca del título de “Corredentora”, antes o
después tendrán que llegar a un común acuerdo mediante un estudio profundo, un
diálogo fraterno y particularmente con la oración y el sacrificio.
Tenemos
que decir una cosa sobre esto: Que los defensores del título de “Corredentora”
deben mostrar comprensión hacia los que en su auténtico amor a María no ven
conveniente este título. Algunos de ellos, como mariólogos, han escrito
notables y apreciables obras sobre la Santísima Virgen. Sin embargo,
preocupados de que el papel incomparable y único de Jesús como Redentor divino
pueda ser disminuido o que eso comprometa el diálogo ecuménico, prefieren no
usar el título de “Corredentora”. Otro grupo de teólogos no tiene dificultad en
venerar a la Santísima Virgen con el título de “Corredentora” pero no ve alguna
necesidad de que un día esta verdad sea definida como dogma. Otros en cambio
están abiertos al dogma pero en un futuro inmediato lo consideran inoportuno.
Como quiera que sean las opiniones, la discusión teológica debe proseguir sin
polémicas, con amor fraterno, con recíproca estima y respeto del “sentido de fe
del pueblo” (“sensus fidei”).
El
ejemplo más hermoso tal vez ha sido dado por Juan Pablo II y por su más
estrecho colaborador, el cardenal Joseph Ratzinger. Mientras el Papa Wojtyla
apreciaba y empleaba este título, el Prefecto de la Congregación para la
Doctrina de la Fe tenía sus reservas. Pero eso no disminuía para nada su
amistad, de lo más fecunda para el bien de la Iglesia.
Una
cosa es segura: el dogma será en primer lugar fruto de la oración y nacerá del
corazón de los que sufren. Será un dogma obtenido con oración y sufrimiento.
Los más potentes intercesores son por lo tanto los enfermos y los que sufren.
Entre ellos hay también quien está dispuesto a ofrecer su propia vida para este
fin.
El camino de la verdadera paz
Si
es teológicamente correcto llamar a la Santísima Virgen Corredentora, se
ocuparán los teólogos dóciles al magisterio auténtico; el Santo Padre pedirá a
todos los obispos del mundo su parecer al respecto y luego decidirá. También si
un dogma nunca será proclamado por causa de una revelación privada, es
extraordinario que ya ahora, para animarnos, podamos conocer el efecto de
gracias de este dogma mariano para la Iglesia y para el mundo.
La
Señora de todos los Pueblos de hecho promete una nueva efusión del Espíritu
Santo (78) y por consiguiente la verdadera paz para los pueblos:
“Y la Señora permaneció junto a sus
apóstoles hasta que vino el Espíritu Santo. De la misma manera, la Señora puede
venir donde sus apóstoles y pueblos de todo el mundo, para traerles de nuevo el
Espíritu Santo… Cuando el dogma, el último dogma de la historia mariana, sea
proclamado, entonces la Señora de todos los Pueblos dará la Paz, la verdadera
Paz al mundo” (31.05.1954).
Este
maravilloso efecto del dogma, la victoria de María sobre el mal y la
consiguiente paz mundial, está expresado en la imagen de un modo impresionante:
La serpiente –como ya hemos dicho-, no se ve más en el globo. Pero para vencer
todo el poder del demonio globalmente, María, la Mujer que aplasta la cabeza de
la serpiente, ha de ser globalmente y solemnemente reconocida y venerada en
toda la plenitud de su vocación, como Corredentora, Medianera y Abogada. Si el dogma
será proclamado y cuándo, lo decidirá solamente el Santo Padre. Sin embargo, no
será proclamado un nuevo dogma mariano hasta que su contenido de fe no sea
comprendido por la mayor parte de los fieles y actualmente los creyentes, en su
mayor parte, ya no son marianos. Por consiguiente no parece que el tiempo sea
ya maduro.
¿Pero
cómo hacer para que madure el tiempo?
¿Cómo
deberían los pueblos nuevamente apreciar y aprender a amar a María como su
Madre o conocerla como Corredentora?
¿Qué
podemos hacer nosotros, los creyentes, en la vida de cada día, para que un día
la Madre sea solemnemente glorificada con este último dogma mariano?
Ella
misma nos responde:
“Éste es mi mensaje para hoy, pues el
tiempo apremia. Hay que emprender una gran acción en favor del Hijo, de la Cruz
y de la Abogada y Portadora de la paz y la tranquilidad, la Señora de todos los
Pueblos” (01.04.1951).
LA GRAN OBRA MUNDIAL
Un “programa pastoral mariano”
¿De
qué gran obra habla la Santísima Virgen?
Como
contribución totalmente pacífica por parte de todos los hombres de buena
voluntad en preparación del dogma y para la paz mundial, la Madre nos pide que
difundamos su ORACIÓN y su IMAGEN.
La
misma Santísima Virgen ha dado un nombre a esta difusión. La llama una “gran obra mundial” (11.10.1953), o
incluso una “obra de redención y de paz”
(01.04.1951).
El
que la Santísima Virgen defina la difusión de su imagen y de la oración una “obra de redención y de paz” podría
sorprender en un primer momento. Pero el que sabe que la vocación de María es
llevarnos a Jesús, nuestro Redentor, a los sacramentos y por consiguiente a la
paz interior, experimentará la gran alegría de colaborar a tal obra de
redención y de paz.
Una
vez al tomar un avión, haciendo un viaje misionero de Panamá a Nicaragua, le
entregué a una azafata la imagen con la oración. Ya antes de despegar ella me
preguntó si podía confesarse y lo hizo después de haber terminado su servicio a
los pasajeros. Después de confesarse estaba tan radiante que –contagiada por su
felicidad-, también su compañera vino a confesarse. Pueden imaginarse mi
sorpresa. Entonces comprendí de una vez por todas: Es la Santísima Virgen la
que abre los corazones de sus hijos a la gracia de la redención.
De
esta forma todos nosotros, incluso un niño, puede colaborar con celo ofreciendo
cordialmente esta imagen como un don a todos los hermanos y hermanas, sean
creyentes o no. La vidente Ida vio esta grandiosa “obra de redención y de paz” (01.04.1951) en la espléndida visión
de millones y millones de copos de nieve que cubrían la tierra (79):
“Como los copos de nieve van cayendo
sobre la tierra y van cubriendo el suelo con una espesa capa, así se difundirá
la imagen con la oración (80) y caerá en los corazones de todos los pueblos.
Como la nieve se deshace en la tierra, de la misma manera el fruto –el Espíritu-,
penetrará en los corazones de todos aquellos que digan esta oración cada día”
(01.04.1951).
Convencida
de la gran importancia de esta obra de difusión mundial, la vidente trabajó
incansablemente hasta el fin de su vida para poder enviar imágenes al mundo
entero (81). A menudo se sentía incapaz, hasta que un día la Señora la consoló:
“¿Tienes miedo? ¡Yo te ayudo! Ya verás
que la difusión se hará por sí sola” (15.04.1951).
“María se asume toda la responsabilidad
al respecto” (04.04.1954).
También
para nosotros queridos amigos aquí presentes, vale el llamado de la Madre de
todos los Pueblos a colaborar:
“Y ahora me dirijo a los que desean un
milagro. Pues bien, les digo: Comiencen esta obra de redención y de paz, llenos
de celo y fervor, y verán el milagro” (01.04.1951).
“Ayuden con todos los medios y ocúpense
de la difusión, cada uno a su manera” (15.06.1952).
“Esta acción no está destinada a un
solo país, está destinada a todos los pueblos” (11.10.1953).
“Todos tienen derecho a ello. Te
aseguro que el mundo cambiará” (29.04.1951).
“La difusión se hará desde los
conventos” (20.03.1951) (82).
“… en las iglesias y por los medios
modernos” (31.12.1951).
“Así será llevada por el mundo la
Señora de todos los Pueblos, de ciudad en ciudad, de nación en nación. El mundo
será una sola comunidad por medio de una sencilla oración” (17.02.1952).
Mientras
tanto la oración ha sido traducida a más de 70 idiomas y hay millones de
imágenes con la oración que se han difundido en numerosos países de todos los
continentes. Durante estos años han llegado al Santuario de Ámsterdam muchos
hermosos testimonios, relatos de conversiones, de curaciones y otros milagros
ocurridos, porque mediante esta imagen las personas han podido conocer a María
como a su propia Madre.
También
cardenales como el Prefecto de las Iglesias Orientales, el Cardenal sirio
Ignacio Moussa Daoud de Roma (83), y obispos de diferentes continentes han ido
en peregrinación a Ámsterdam y han ofrecido su testimonio durante las Jornadas
Internacionales de Oración, contando las gracias concedidas en sus diócesis.
Aquí vemos a Mons. Charles Bo, Arzobispo de Rangún, la más grande ciudad de
Myanmar. (84, 85) Entre tanto la imagen se halla también en muchas iglesias
(86) y capillas. En algunos países son los fieles los que hacen circular un
cuadro con la imagen de la Señora de todos los Pueblos, por breve o largo
tiempo, entre las familias, grupos de oración, parroquias, conventos, escuelas
(87) o cárceles. Para exponerla en sitios públicos, como iglesias, hospitales o
escuelas, es indispensable el permiso previo del párroco o del responsable
respectivo.
“Pónganse con grande celo al trabajo”
Permítanme
queridos amigos que los anime a corresponder de un modo nuevo a la invitación
de la Santísima Virgen y a distribuir con amor la imagen con la oración. Qué
tarea maravillosa es poder colaborar a la obra mundial de difusión, preparar a
los creyentes al anuncio de un nuevo dogma mariano, por el cual la Santísima
Virgen promete:
“Cuando el último dogma de la historia
mariana sea proclamado, entonces la Señora de todos los Pueblos dará la Paz, la
verdadera Paz al mundo” (31.05.1954).
Miles
de millones de personas no saben nada de Jesús, su Redentor y de la potencia de
la cruz. La mayor parte no sabe que María es su propia Madre.
¿Podemos
asumirnos esta responsabilidad?
En
todo el mundo la sociedad civil conoce por los medios de comunicación los
peligros que amenazan la vida, que aumentan cada día y dan cada vez más miedo.
Ante eso el mundo está perplejo y no ve una solución. Pero es la Santísima
Virgen quien tiene la solución. Ella nos ofrece de nuevo como en Fátima, un
plan infalible de salvación. Nos revela la estrategia exacta: “La gran obra mundial”, como Ella la
define, en la que están involucrados todos los pueblos mediante nuestro celo
misionero.
Nosotros
los católicos que estamos al corriente y podemos comprenderlo, tenemos por lo
tanto una responsabilidad muy grande. Que no suceda que un día otros pueblos
nos digan:
“¡Cómo,
¿ustedes lo sabían?! ¡¿Sabían cómo se podía evitar la catástrofe mundial?! ¡¿Y
no nos lo han dicho?!”.
De
la Medalla Milagrosa sabemos que en diez años ya se habían distribuido mil
millones de ejemplares entre la gente. Con la imagen de la Señora de todos los
Pueblos hoy se podría hacer lo mismo en una semana. Basta emplear los medios de
comunicación e informativos que tenemos a disposición en una armoniosa
colaboración con obispos y sacerdotes. A eso nos exhorta la Señora de todos los
Pueblos cuando dice:
“Esta oración será difundida en las
iglesias y por los medios modernos… que el mundo sea liberado de la corrupción,
de las calamidades y de la guerra” (31.12.1951).
Aquí
vemos una impresionante fotografía nocturna de Nueva York. (88) Cuando veo
fotografías como ésta pienso siempre: ¡Tantas luces, tantas personas! ¡Y Dios
desea tener su morada en cada corazón! Cada uno de ellos está llamado a amar a
Dios con todo el corazón. Depende de nosotros, católicos, llevarle a María como
su Madre, y Ella abrirá sus almas al Espíritu Santo.
Después
de la destrucción de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001 en un
atentado terrorista que nadie habría nunca esperado y después del comienzo de
la guerra en Irak, los capellanes militares distribuyeron en pocos días 50.000
imágenes con la oración a los soldados norteamericanos de todas las fuerzas
armadas, también a los no católicos. (89) Y todos confirmaban:
“¡Esto
es lo que necesitamos para ser preservados de la corrupción, de las calamidades
y de la guerra!”.
Así
en muy poco tiempo, la oración de Ámsterdam ha sido conocida en los Estados
Unidos como “la oración de la Madre por
la paz” o “la oración de paz de la
Madre”.
El
Padre Mandato -de la Marina Americana-, se hizo enviar directamente al barco de
guerra “USS Bataan” 2.000 imágenes con la oración. El Padre Del Toro dispuso
que la tuvieran todos los pilotos y escuadrillas de la base aeronáutica de
Charleston -Carolina del Sur-, y el capellán militar Carlson hizo que todos sus
soldados -un batallón presente en Texas-, recibieran 3.000 imágenes con la
oración poco antes de partir para Irak.
De
esa forma sólo en los Estados Unidos se distribuyeron en tres meses 250.000
imágenes.
En
la EWTN -la más grande emisora de televisión católica del mundo-, en aquel
período la oración de Ámsterdam se transmitía cada hora.
“¡Alemania me importa muchísimo!”
¡Queridos
peregrinos! En los mensajes de Ámsterdam la Santísima Virgen habla a menudo a
determinadas naciones. Se nota que la Señora de todos los Pueblos a ningún otro
pueblo ha hablado tanto como a Alemania. En al menos doce mensajes la Santísima
Virgen se dirige directamente a Alemania y la menciona treinta veces.
Repetidamente la vidente ve como la Santísima Virgen apoya sus pies en
Alemania, lo cual ha tenido siempre un significado especial. En Alemania ha
revelado su breve pero poderosa oración. En Alemania ha sido pintada su imagen
y ha querido que la difusión de la imagen con la oración partiera de Alemania.
De hecho aquí se distribuyeron las primeras estampitas. Por lo tanto vemos que
a Alemania junto con Holanda se le ha encomendado una grande y particular
responsabilidad.
Con
amor premuroso y materno la Santísima Virgen se dirige a menudo a estos dos
países y describe sus dificultades:
“Holanda está al borde de la
corrupción, por eso he puesto mi pie encima. Desde Holanda quiero enviar mis
palabras al mundo. Mi otro pie está sobre Alemania: La Madre de Dios llora por
los hijos de Alemania. (90) Ellos siempre han sido mis hijos y por eso quiero
también ser llevada desde Alemania por el mundo como la Señora de todos los
Pueblos” (15.08.1951).
Sorprendente
y precisa es la descripción de la Señora de todos los Pueblos sobre la
situación actual. Hace ya más de 50 años profetizó la actual apostasía (91) -
en un tiempo en el cual las Iglesias en Alemania y similarmente en Holanda,
estaban todavía llenas y nadie podía presagiar lo que se habría verificado.
“Hay que alejar la juventud del
paganismo moderno” (03.12.1949).
“Alemania, ¡ten cuidado!... La gente es
buena, pero les tiran de acá y de allá y no saben qué hacer. Pobre Alemania”
(16.12.1949).
“Allí se juega un papel falso”
(27.05.1950).
“Los otros se esfuerzan en arrebatarle
a Roma el pueblo alemán…Hay otros que están tratando de destruir a Alemania”
(16.11.1950).
“Alemania me importa muchísimo”
(11.02.1951).
“El Hijo quiere dar su protección
especial y me ha enviado a ayudar a Alemania” (16.11.1950).
“Que en este país todos se pongan a
trabajar fuertemente, para volver a traer a todos los que se han extraviado, a
lo que es el centro: la Cruz. Sacerdotes hay muy pocos, pero seglares hay
muchos… Trabajen aquí sobre todo con gran amor y caridad” (11.02.1951).
La
realización dramática de esta profecía fue descrita hace ya nueve años, el 13
de octubre del 2000 en una homilía en honor de Ntra. Señora de Fátima, por el
obispo auxiliar emérito de Würzburg, Mons. Helmut Bauer (92), hablando de las
terribles “catástrofes de nuestra fe, de nuestro desprecio de Dios y de la
negación de Dios”, e indicando que ni siquiera la mitad de la población se dice
religiosa. ¡En los nuevos Estados federales ni siquiera el 80% está bautizado!
El
Obispo Mons. Bauer dijo textualmente:
“Debemos
reconocer de verdad la amenaza interior para nuestra fe en nuestra tierra. En
nuestras familias Dios es un desconocido. No se hace oración. Da vergüenza
hablar de la fe. Tampoco los abuelos y abuelas son excepción… ¡Es hora de
despertar!... ¡No hay otro camino que el camino mariano por el que Dios viene
al mundo también hoy!”.
¡Mons.
Bauer con su camino mariano tiene toda la razón!
Hoy,
cuando los niños y los jóvenes se comportan abiertamente de modo destructivo a
causa de sus heridas interiores, porque les falta la ternura de una madre, viene
María como Madre, como la Madre de todos los Pueblos, para sanarlos a través de
su amor. Ella lo incentiva de forma sintética y apropiada en las llamadas
“Experiencias Eucarísticas”, que paralelamente a los mensajes, iniciaron en
1958 y se publicaron hasta el 25 de marzo de 1984. En ellas dice:
“Una Iglesia y un pueblo sin Madre es
como un cuerpo sin alma” (Experiencias Eucarísticas del 31.05.1965).
De
esta relación vital entre madre e hijo nos habla también Christa Meves, gracias
a su experiencia de diez años con niños y adolescentes con traumas interiores:
“El
niño conoce al nacer, el latido del corazón de su madre, conoce su voz y hasta
el preciso sabor de su leche (93), semejante al líquido amniótico… Y algunas
semanas después de nacer, el niño reconoce también el rostro de su madre (94)…
Debe conocerlo pues eso le asegura el apropiarse de lo que le garantizará la
sobrevivencia. Cuando esta garantía llega a faltarle durante mucho tiempo el
niño la percibe como una amenaza de muerte. Durante sus primeros años el niño
necesita también del conocido latido del corazón de la madre. Las madres
acercan instintivamente al niño que llora a su parte izquierda (95)
precisamente para que puedan percibir el latido del corazón. Ese ritmo ellos ya
lo conocen desde el seno materno”.
Esto
que una madre de familia dedicada a la ciencia nos describe vale también para
la vida religiosa.
Escuchemos
de nuevo la voz amorosa de la Madre de todos los Pueblos: “Una Iglesia y un pueblo sin Madre es como un cuerpo sin alma”.
“Compréndanlo bien: También el Señor
necesitaba de Su Madre para entrar en la vida (96). La vida viene por medio de
la Madre. Por eso ha de ser restituida a la Iglesia y a los pueblos, ¡y verán
el florecimiento!” (Experiencias Eucarísticas del 25.03.1973).
¡Este
milagro del florecimiento de la Iglesia sucederá sin duda también aquí en
Alemania, en Europa y en todos los continentes!
Pero
todos nosotros debemos colaborar con nueva convicción y con todo el esfuerzo en
difundir su imagen y su oración (97) mediante la obra de difusión portadora de
redención y paz que la Madre de todos los Pueblos nos ha obsequiado. Pues por
este camino que se llama “MARÍA”, el camino que se llama “MADRE”, Dios quiere
conducir a todos los pueblos a la verdadera paz (98).
Ella
misma lo garantiza en el mensaje del 31 de mayo de 1955:
“La Señora cumplirá su promesa y vendrá
la verdadera Paz”.
…
Durante
la Jornada de Oración en Colonia el 31 de Mayo de 2009, Su Eminencia el
Cardenal Joachim Meisner, Mons. Jozef M. Punt, todos los sacerdotes y los
fieles presentes, al final de la Misa de Pentecostés, rezaron la oración de
Consagración con la que el Papa Juan Pablo II había consagrado el mundo al
Corazón Inmaculado de María, el 25 de marzo de 1984, en la Plaza de San Pedro.
-en
la página web se puede observar la foto-
…
El
P. Paul María Sigl, nació el 22 de octubre de 1949 en Natters (Tirol, Austria),
fue ordenado sacerdote el 8 de diciembre de 1992 en Fátima en la Capilla de las
Apariciones. Es el guía espiritual de la asociación misionera internacional de
derecho pontificio “PDF - Familia de María”. Conoció por más de 25 años a la
vidente Ida Peerdeman, quien fue madre espiritual para su sacerdocio. Por eso
es considerado como uno de los mejores conocedores de los Mensajes de
Ámsterdam.
…
Foto
Portada: Catedral de Colonia Dorso: © Wallraf–Richartz–Museum, Colonia Editor:
Förderstiftung Familie Mariens Niederstraße 65 41460 NEUSS Alemania
…
Para recibir el texto de esta
conferencia y para cualquier información acerca de la Señora de todos los
Pueblos, por favor dirigirse
En
Holanda: Capilla de la Señora de
todos los Pueblos Diepenbrockstraat 3 NL-1077 VX Amsterdam Tel. +31 (0)20-662
05 04 info@de-vrouwe.info
Sito
Web de la Señora de todos los Pueblos a cargo de la “Familia de María”:
…
Milagro de Pentecostés – Pintor de
Colonia 1350
-en la página web se puede apreciar el
cuadro del artista-
…
“Entiende bien estas palabras: la
Señora de todos los Pueblos quiere y puede dar Gracia, Redención y Paz a todos
los pueblos que se lo pidan. Pero todos ustedes han de llevar a la Señora de
todos los Pueblos por el mundo entero”.
Mensaje de Ámsterdam, del 17 de febrero
de 1952
…
…
Testimonios 2013
Radio Maria: LIVE Sendungen mit P. Paul Maria
Sigl
…