sábado, 28 de febrero de 2015

Hechos 15, 7-11. 3º exposición


Hechos 15, 7-11

7 Al cabo de una prolongada discusión, Pedro se levantó y dijo: «Hermanos, ustedes saben que Dios, desde los primeros días, me eligió entre todos ustedes para anunciar a los paganos la Palabra del Evangelio, a fin de que ellos abracen la fe.

8 Y Dios, que conoce los corazones, dio testimonio en favor de ellos, enviándoles el Espíritu Santo, lo mismo que a nosotros.

9 El no hizo ninguna distinción entre ellos y nosotros, y los purificó por medio de la fe.

10 ¿Por qué ahora ustedes tientan a Dios, pretendiendo imponer a los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros pudimos soportar?

11 Por el contrario, creemos que tanto ellos como nosotros somos salvados por la gracia del Señor Jesús».

Texto de La Biblia del Pueblo de Dios extractado de la página web del Vaticano,
http://www.vatican.va/archive/ESL0506/__PX6.HTM


Reflexión

Sigamos a Pedro.
En este contexto de discusión sobre posturas encontradas el Apóstol toma la palabra y primero se presenta con autoridad para luego recordar su misión.

Razona que Dios conoce los corazones.
Y que conociéndolos Él da testimonio en favor de ellos enviándoles El Espíritu Santo -igualando Su manera de brindar Amor a todos por igual-.
dice Pedro que Dios no hizo ninguna distinción entre El Pueblo elegido -Israel-, y los otros pueblos paganos llamados a convertirse y a recibir El Espíritu Santo -Bendito y alabado Sea por siempre nuestro Señor Jesucristo que dió Su vida para salvar la nuestra-.

Y en el versículo 10 vemos que Pedro interroga:

Hechos 15, 10: ¿Por qué ahora ustedes tientan a Dios, pretendiendo imponer a los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros pudimos soportar?

Creo que algunos tendríamos que despojarnos de nuestra tendencia visceral a responder con el texto que señala una sentencia para sentenciar a nuestro prójimo y reclamarle que no hace esto y que merece aquello otro.

Lo llamo a este gesto tan común entre los que nos sentimos discípulos de Jesús:

El síndrome del hermano mayor del hijo pródigo

¿Sos adicto a expresarse en estos términos?
Recordemos a nuestro Apóstol Pedro y escuchemos al que lo sucede en estos días.


El exégeta del siglo XXI


Nuestra relación con Dios. 2º exposición


Nuestra relación con Dios

Nuestra relación con Dios es una relación afectiva,
de corazón a corazón,
es un vínculo amoroso.

Si alguien quiere relacionarse con Él de otra manera, para mi no lo encuentra.
Si pretendiésemos relacionarnos con Él dejando de lado lo afectivo creo que terminaremos escondiéndonos detrás de nuestra propia desconfianza.

Aunque digamos que creemos que Él existe, si no nos decidimos a encontrarnos con Él desde los sentimientos, me parece que no podremos entrar en contacto.

Entre nosotros, los humanos, es común que nos tengamos por estimados los unos a los otros conforme a una serie de resultados humanos como por ejemplo:

- Gloria humana.
- Honor humano.
- Poder humano.
- Riqueza humana.

Cuanto más hayamos conseguido de esto más resultados de estima obtendremos entre nosotros mismos.

En cambio,
para Dios,
nuestro Padre Celestial,
nosotros somos importantes porque somos Sus hijos y Él nos ama.

reconocemos que somos seres afectivos,
vivimos afectivamente,
nos dominan nuestros afectos.

Y sin embargo, nos resistimos a amar con confianza a dios.

Le pedimos Su ayuda,
decimos ¡Jesús, ayudanos!
¡Espíritu Santo, ayudanos!

Y decimos también
¡María Madre nuestra Inmaculada, ayudanos!



El exégeta del siglo XXI


domingo, 22 de febrero de 2015

Las enseñanzas mudas de la historia de Jesús. 1º exposición



En la genealogía de nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios altísimo -nuestro Padre Celestial-, figuran cuatro mujeres.

Tamar (en hebreo: palmera), en la Biblia fue dos veces la nuera de Judá, así como la madre de dos de sus hijos, los gemelos Farés y Zara. El Génesis relata el episodio de Judá, el hijo de Jacob, con su nuera Tamar. Judá se casó con una mujer llamada Súa, quien le dio tres hijos en este orden: Er, Onán y Selá. Er desposó a Tamar, pero murió sin tener heredero. Onán se casó después de su muerte con la viuda Tamar según la Ley del levirato. Más sabiendo que, debido a esa ley sus hijos no serían suyos, evitó consumar su relación. La conducta de Onán motivó su muerte. Judá pidió a Tamar que se quedara en la casa de su padre, hasta la mayoría de edad del tercer hijo, Selá, que la desposaría. Tamar, pasando el tiempo y pensando que Judá nunca le daría a su último hijo por esposo, se disfrazó de prostituta y tuvo relaciones carnales con su suegro, que había quedado viudo.
Tamar quedó embarazada. Aún sin que Judá la reconociera, logró que le entregara su sello y su bastón como prenda hasta que le pagara un cabrito prometido por prestarse a la relación. A los tres meses, dijeron a Judá que Tamar estaba embarazada, por lo que ordenó que la ajusticiasen como castigo por su adulterio. No obstante, Tamar probó gracias al sello y el bastón de su suegro que era él quien la había embarazado. Judá la perdonó, ya que se sentía culpable por no haberle dado a su hijo Selá. Tamar alumbró dos gemelos: Farés y Zara. En Farés siguió la genealogía de Jesús - Mateo capítulo I y Lucas capítulo III-33-. La relación es conflictiva por lo cual los autores subrayan que Tamar consigue con engaño una descendencia que Judá le negaba y logra su derecho por el perdón luego de una conducta astuta.

Rahab (es decir "larga") fue una prostituta de Jericó que ayudó a los espías israelitas de Josué. Aparece en el Libro de Josué, el Evangelio según San Mateo, la Epístola a los hebreos y la Epístola de Santiago, así como en el Paraíso de La Divina Comedia del poeta Dante Alighieri.  http://es.wikipedia.org/wiki/Raab



Rut. Mujer moabita -1- con extraordinarias virtudes, viuda y sin hijos. Por su bondad y piedad para con su suegra fue aceptada y bendecida por Dios. Ella no era judía, su suegra Noemí si era israelita. Las dos mujeres quedan solas y sin protección. Noemí acompañada de su nuera Rut, regresó a Belén. Al llegar a Belén Rut y Noemí no tenían nada, por lo que Rut se puso a trabajar en el campo de Booz. Este se casó con Rut. Así, Rut ingresa por sus propias virtudes en la religión judía.
-1- Moabita: Los moabitas eran un pueblo que según el Génesis estaba emparentado con los israelitas y los amonitas. Según el Génesis, Moab fue hijo de Lot fruto de un incesto con su hija mayor -con la menor tuvo a Ammi, ancestro de los amonitas-, después de la destrucción de Sodoma; así el término Moab querría decir "De su padre". Esta relación incestuosa los hacía inferiores a los israelitas. Al impedir el paso de los judíos durante el éxodo, estos los excluyeron de la "congregación del Señor" durante 10 generaciones. Para leer el libro de Rut: http://www.vatican.va/archive/ESL0506/__PME.HTM




Betsabé hija de Ammiel, fue la esposa de Urías el hitita y luego una de las esposas del rey David. El segundo libro de Samuel (11:1 a 12:25) relata el adulterio de Betsabé con el rey David, el embarazo resultante de la relación y el subsiguiente asesinato de su esposo Urías el hitita para ocultar la culpa y la identidad del padre de la criatura que Betsabé llevaba en su vientre. Hubo intrigas, sucesión de hechos dramáticos, guerras, etc. Del enlace entre Betsabé y el rey David nacieron luego dos hijos de entre los que destacó Salomón. 

Reflexionemos:

Dios es todopoderoso y quiso hacerse nada, o sea humano, carne y huesos caminando con una vida mortal sujeta al sufrimiento, el dolor y la muerte. Pudo incluso en este estado poseer estatus, riqueza y ejercicio de poder. Tener una genealogía poblada de figuras imponentes, perfectas, de sangre real. ¿Y sin embargo? 


Cada detalle de la vida de Jesús, no solamente lo que dijo con palabras e hizo con obras, también cada detalle mínimo y mudo de su historia, es un mensaje para nosotros y una enseñanza para ayudarnos a comprender y discernir.

Antes de juzgar a alguien asegurémonos de habernos mirado al espejo, reconocernos pecadores y tener presente quién nos salva y lo que hizo para salvarnos. Si Él tuvo que hacer lo que hizo para salvarnos, debemos haber metido la pata hasta el caracú ¿no?

Leyendo este texto, vemos cómo discierne El Señor perdonando, volcando a las almas en el abismo de Su infinita Misericordia y lavándolas de todo pecado y de toda culpa -Salmo 51, 4-.


El exégeta del siglo XXI.

viernes, 20 de febrero de 2015

Hebreos 9,1-3.6-7.11-14


 


Sobre
 Hebreos 
9,
1-3.
6-7.
11-14.


Dice el texto, 

Hermanos: 
La Primera Alianza tenía un ritual para el culto y un santuario terrestre. 
En él se instaló un primer recinto, donde estaban el candelabro, la mesa y los panes de la oblación: era el lugar llamado Santo. 


Luego, detrás del segundo velo había otro recinto, llamado el Santo de los santos. 

Dentro de este ordenamiento, los sacerdotes entran siempre al primer recinto para celebrar el culto. 

Pero al segundo, sólo entra una vez al año el Sumo Sacerdote, llevando consigo la sangre que ofrece por sus faltas y las del pueblo. 

Cristo, en cambio, ha venido como Sumo Sacerdote de los bienes futuros.


Cristo, Dios hecho hombre, Verbo encarnado.

El, a través de una Morada más excelente y perfecta que la antigua -no construida por manos humanas, es decir, no de este mundo creado- 
entró de una vez por todas en el Santuario, no por la sangre de chivos y terneros, sino por su propia sangre, obteniéndonos así una redención eterna. 


Porque si la sangre de chivos y toros y la ceniza de ternera, con que se rocía a los que están contaminados por el pecado, los santifica, obteniéndoles la pureza externa, ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por obra del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que llevan a la muerte, para permitirnos tributar culto al Dios viviente! 


Reflexión del exegeta del siglo XXI

Cristo con Su Sangre purifica nuestra conciencia. Pareciera –al leer esta afirmación-, que se dijera que esto sucede. Y cuando escribo que esto sucede digo que sucede sin que haya necesidad de que yo haga. Jesús hace eso y limpia mi conciencia.

Dice el texto que había dos recintos.

En el primero llamado Santo entran los sacerdotes para celebrar el culto  y refiere al pan para la oblación y hay también otro recinto que es el Santo de los Santos donde el Sumo Sacerdote entra solo una vez al año llevando consigo la sangre que ofrece por sus propias faltas y las de todo el pueblo.

Jesús es el pan que se ofrece a si mismo, un pan perfecto y es al mismo tiempo el cordero de Dios que quita los pecados del mundo.

Como Hijo de Dios es el Sumo Sacerdote de los Sumos Sacerdotes, lo que significa que es el verdadero que al ofrecerse a si mismo quita con su propia sangre los pecados del mundo.

Entra en los dos recintos. Lo hace una sola vez y para siempre. Es la Nueva Alianza nueva y eterna. Todos los que lo recibamos y aceptemos somos renovados, somos purificados por Él.

Quizás cabe la pregunta:
- Entonces ¿uno deja de pecar?
- No, seguimos siendo débiles pecadores que siguen actuando, sintiendo de manera adulterada, desalineada respecto de la pureza alcanzada en alma y cuerpo.

Cristo nos vuelve a purificar con Su pan y vino, con Su carne y sangre perfectos. Purifica nuestra alma, nuestra conciencia, nuestro Ser interior completo.

Creo que si fuese yo un hombre de ciencia y me dedicara a realizar tareas de investigación en el campo de la Física y la Astronomía por ejemplo, estaría diciendo que fenomenológicamente la humanidad se modificó saludablemente y halló la curación al observar a Cristo entrando en el Santo y en el Santo de los Santos, y observo como en Su Pasión y muerte en La Santa Cruz que al entregarse a Dios como ofrenda purísima nos limpia de nuestros pecados, purifica nuestra conciencia y que esto es algo que sucede. Que con una tecnología adecuada se habría verificado la limpieza de toda la humanidad.

Al mismo tiempo queda en cada uno aceptar frecuentemente esta Gracia de la misma manera que acepta mantener su cuerpo limpio a diario y le molesta estar sucio y maloliente. Así como uno se baña físicamente deberá hacerlo espiritualmente.

Cuando muere Juan el Bautista, Jesús comienza Su prédica y vida pública llamando a todos a la conversión a la vez que anuncia la venida del Reino de los Cielos. También dijo luego que el Reino de los Cielos ya estaba entre nosotros -lo que vivimos en este planeta-.

Antes de Su venida nos faltaba esta limpieza y esta cura.

El sacerdote celebraba una y otra vez el ritual y el Sumo Sacerdote derramaba sangre inocente una y otra vez porque no era suficiente. Debía repetirse el ritual de purificación con nuevas ofrendas.

A partir de Cristo, no se derrama ninguna otra sangre para purificar nuestra conciencia ni nuestra alma.


Sabemos que hay más sangre inocente que se entrega, la sangre de los mártires que de alguna manera acompañan por Gracia a nuestro Señor Jesús de Nazaret Hijo de Dios Altísimo; Jesucristo nuestro Salvador.















El exégeta del siglo XXI

jueves, 19 de febrero de 2015

Marcos 4, 25



Marcos 4, 25

Y les decía: "¡Presten atención a lo que oyen! La medida con que midan se usará para ustedes, y les darán más todavía. Porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene". –Jesús en Marcos 4, 25-


“El ego llena con fantasías que emanan tanto del propio miedo como del propio deseo, ese es el vacío hallado en medio de la nube de palabras huecas en la que el humano vive PERO La Palabra habita, plena de poder, justicia y sentido, en la Nube Santa del Espíritu, que nos protege”. Por lo tanto, nos tenemos que decidir a re encontrar con Dios para pasar de lo uno a lo otro y estar a salvo. Él sale a nuestro encuentro; dejémonos re encontrar por Él. Él nos salva; dejémonos salvar por Él.











El exégeta del siglo XXI.

Una exégesis para el siglo XXI



Presentación
Una exégesis para el siglo XXI






Este blog anhela ofrecer un espacio para que todo peregrino teológico pueda acercarse y encontrar sosiego a la sombra refrescante de algunos trabajos que aquí se presenten.


No pretendo saber más o menos que otro. Quizás algunas líneas sean útiles para la obra de nuestro Señor Jesucristo. Así lo quiera Él.



Si al terminar cada lectura que encuentres en este lugar, sentís que tuvo sentido el tiempo que estuviste entonces me doy por satisfecho.






Vivimos en una construcción cultural que ya lleva varios milenios de historia. Pero: ¿Qué de lo construido fue por ponernos al servicio de nuestro Señor El Padre Celestial y qué por creernos capaces de hacerlo por nosotros mismos? ¿Sabemos discernir la paja del trigo?

Mucha gente trabajó por nosotros para que hoy podamos pensar esto o aquello gracias a lo que ellos lograron. A ellos nuestro agradecimiento, nuestro respeto y el compromiso de continuar su tarea. Es nuestro trabajo discernir, reconocer, diferenciar, dejar esto y tomar aquello, agregar y enriquecer y colaborar para dejar luego nuestros resultados al servicio de los que nos sucedan. 






Para esta tarea nos ponemos en oración y a disposición de nuestro Señor Jesucristo Y rogamos a María mi Purísima, para que nos guíe y acompañe en El Camino del discernimiento.








Le pedimos a Dios nuestro Señor, nuestro Padre Celestial que nos proteja, guíe y de Su bendición dejando de mi parte todo este proyecto en Sus manos pidiendo que Sea todo conforme a Su Santa Voluntad, para su mayor Gloria y Alabanza y el bien de todas las almas.






Se lo pedimos en el Nombre Santo de Su Hijo Jesús de Nazaret, nuestro Salvador; invocando la presencia del Espíritu Santo nuestro Paráclito, Abogado Defensor y Consolador, con la intercesión de nuestra Madre La Inmaculada Concepción de la Virgen María y de san José su esposo, en comunión con todos los santos y acompañados por nuestro Ángel Guardián. En la Voluntad del Padre Celestial, en el nombre de Su hijo Jesucristo. Que Así Sea. Damos gracias. Amén.